Pedro Vivas —o el doctor Pedrito, como se le conocía— estaba destinado desde niño a una vida vinculada a la Historia Patria.
No solo por haber nacido en la histórica población de Charalá y porque su nacimiento tuvo lugar en el histórico año de 1948, en el cual sucedieron hechos como el atentado contra Jorge Eliécer Gaitán o el inicio de las actividades académicas en la Universidad Industrial de Santander (UIS), sino porque entró a cursar el bachillerato en el histórico Colegio Universitario del Socorro, plantel educativo fundado nada menos que por el general Francisco de Paula Santander.
Ya en Bucaramanga, ingresó al glorioso Colegio Santander y, con el cartón de bachiller en mano, pasó a matricularse a la vecina Universidad Industrial de Santander (UIS), de donde salió con su nuevo diploma de Ingeniero Industrial.
Pero para no dejarse descarrilar de la Historia, entró a estudiar Administración e Investigación de Archivos Históricos.
Posteriormente, terminó siendo recibido como Miembro Correspondiente y más tarde como Miembro de Número (sillón J) de la Academia de Historia de Santander.
Autor de los libros “Historia de la Ingeniería en Santander”, “El proceso de fundación de los municipios santandereanos”, “Los pronunciamientos. Origen de las guerras civiles colombianas”, “Acercamiento crítico a las crónicas de Bucaramanga” y “20 años de ingeniería industrial en Colombia”, entre otros, dejó plasmada también la agudeza de su pluma y su fino sentido del humor —tan descaecido en estos tiempos en los que se cree que ser humorista es ser vulgar— cuando se le midió, infortunadamente durante poco tiempo, a escribir las crónicas del que se llamó “El libro de oro” de la Academia de Historia de Santander, libro en cuyas páginas iba dejando anotados para la posteridad, de su puño y letra, los detalles de lo que había ocurrido en la sesión solemne inmediatamente anterior, pero haciéndolo con apuntes que, cuando él mismo, en la sesión siguiente, los leía —con su característica voz sosegada y su actitud impertérrita—, generaban inevitablemente nuestra risa. Dicho sea de paso, era de esos humoristas excelentes que hasta el final mantienen en sus rostros la seriedad porque en ningún momento se ríen de sus propios chistes.
En coautoría con el ingeniero civil e industrial y hoy presidente de la Academia de Historia de Santander Dr. Miguel José Pinilla Gutiérrez, escribió y publicó el libro “Moneda y banca en Santander”, obra de la cual hicimos en su momento una semblanza, que aún puede leerse en nuestro portal.
Distinguido miembro del Partido Liberal —de esos que nunca lo desdoró y, por el contrario, siempre le dio lustre con sus valores éticos, principalmente con su honradez, su hombría de bien y la evidente sencillez de su vida, una vida desprovista de vanas ambiciones y siempre respetuosa de Dios, de su Patria y de sus semejantes—, no fue, como suele ocurrir por desdicha en los ajetreos de nuestra política local, lo suficientemente apreciado por el pueblo charaleño y eso imposibilitó que hubiera podido, ya en el otoño de su existencia, y como nos hubiese gustado que sucediera, demostrarle a su terruño todo el inmenso amor que le profesaba y toda la capacidad de servicio de la que era capaz. Algún día serán hombres como él los que lleguen a los cargos públicos de elección popular y de esa manera nuestra maltrecha democracia llegará a ser lo que ha debido ser siempre.
El abogado, historiador, periodista, analista político y ameno escritor santandereano Gerardo Martínez Martínez dio el parte luctuoso en los siguientes términos:
“Con profundo dolor informo que acaba de morir, en el hospital de San Gil, el ingeniero Pedro Antonio Vivas Guevara, ilustre Charaleño, historiador y miembro de la Academia de Historia de Santander y del Centro de Historia de Charalá. Profesor universitario. Autor y editor de varios libros y publicaciones sobre historia comarcana. Excelente amigo, tranquilo y ponderado, de prudencia y sensatez envidiables. Pierde Charalá un gran ser humano y un eximio profesional. Adiós Pedrito querido”.
Excelente ser humano que aportó muchos conocimientos a muchas personas. Dios lo bendiga y mucha fortaleza a su familia.
Por la semblanza dada por Oscar Humberto, se trató de una persona agradable, sencilla, inteligente, honesta y siempre pensando en dejar por escrito la historia del ambiente en que se movía. La Academia ha perdido un gran integrante y Charalá un gran hijo. Paz en su tumba.
Hombre con mucha chispa de la fina, lo recordaremos siempre como un hombre de bien. Paz en su tumba.
Ingeniero Pedro, cuánta falta nos van a hacer sus visitas a la SSI, siempre atento a colaborar, siempre amable; sus aportes fueron valiosos, como siempre se los reconocí personalmente; qué tristeza causa su partida; adiós, amigo.
Pedrito, apreciado paisano, colega y amigo de infancia, estarás siendo recibido en el reino de Dios, como un miembro ilustre. Que Dios te conceda el descanso eterno y expresamos a toda tu querida familia nuestras sentidas condolencias.
QEPD. Jaime Sarmiento Rueda.
Gracias, Óscar, por darnos a conocer la vida y el ser del Dr Pedro. No tuve la gracia de conocerlo, pero con su excelente escrito siento como si lo hubiera conocido. Persona de grandes virtudes y valores. Paz en su tumba. Charalá perdió a un gran hijo y ejemplar hombre.
Felicito en primera instancia a Óscar Humberto por la hermosa y oportuna semblanza que ha hecho del académico Pedro Vivas, desafortunadamente, con motivo de su fallecimiento.
Sorprende, por lo abrupta, la partida de este notable historiador; estaba en una edad en la que se piensa que le quedaba camino por recorrer.
Como miembro de la Academia de Historia de Santander, tuve oportunidad de conocerlo y me impactó por su sencillez, ponderación y bonhomía. Es claro que los miembros de la Academia hemos perdido a un valioso compañero y amigo y que Santander ha perdido a una pluma importante. Razón tiene el doctor Álvaro Navas en deplorar su muerte.
Lamentable la muerte de Pedro. Nos quedó pendiente el rescate de la obra de Eugenio Pinto Barajas, trabajo inconcluso conjunto. Lo lamento doblemente.