EL ODONTÓLOGO WILLIAM MORTON, PADRE DE LA ANESTESIOLOGÍA. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Santander y Miembro del Colegio Nacional de Periodistas

Doctor WILLIAM MORTON, PADRE DE LA ANESTESIOLOGÍA.

 

Una de las más importantes especialidades de la Medicina es la Anestesiología.

Empero, contrario a lo que podría creerse —y así se le haya querido negar ese sitial de honor—, el padre de la Anestesiología no fue un médico, sino un odontólogo.

En efecto, fue William Morton, odontólogo norteamericano, quien llevó a cabo la primera demostración pública —ante un público conformado nada más ni nada menos que por médicos y estudiantes de Medicina — de la privación total de un paciente que iba a ser operado de un tumor en la mandíbula.

Hasta ese momento se tenía por descontado —por más que hoy parezca brutal— que las intervenciones quirúrgicas se tenían que llevar a cabo infligiéndole al paciente espantosos dolores y, consiguientemente, en medio de sus aterradores gritos y aullidos. Ello, a pesar de que desde tiempos antiguos se empleaban contra el dolor la mandrágora y otras plantas.

Así, de esa manera que hoy nos llena de espeluzno, tuvo que avanzar la Medicina.

La espectacular demostración del doctor Morton se llevó a cabo en el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, el día 16 de octubre de 1846 y fue un rotundo éxito. El paciente fue Gilbert Abbot y el cirujano era el prestigioso galeno John Collins Warren.

El doctor Morton aplicó el anestésico —denominado por él “Letheon” (derivado del vocablo griego “lethe”, que significa “olvido”)— con un inhalador en forma de bola de cristal. El paciente no mostró signo alguno de dolor durante la operación y manifestó no recordar nada.

Después —con ocasión de la primera amputación de una pierna sin dolor, en la que también tomó parte durmiendo al paciente— reveló que el “Letheon” era éter preparado con sustancias aromáticas.

 

EL ODONTÓLOGO WILLIAM MORTON, PADRE DE LA ANESTESIOLOGÍA, APLICA EL “LETHEON” (ÉTER CON SUSTANCIAS AROMÁTICAS) AL PACIENTE GILBERT ABBOT, PRÓXIMO A SER INTERVENIDO QUIRRÚGICAMENTE POR EL MÉDICO CIRUJANO JOHN COLLINS WARREN EN LA PRIMERA APLICACIÓN DE LA ANESTESIA EN PÚBLICO EN EL MUNDO. 16 DE OCTUBRE DE 1846 (“Anestesia”, Robert Hinckley. 1882. Óleo sobre lienzo)

 

Aunque hubo quien alegó que ya había empleado el mismo anestésico —éter— en una intervención realizada antes que la de Morton, y a pesar de que otro profesional para el cual había trabajado este argumentó que él era el verdadero descubridor porque también había utilizado el anestésico con anterioridad a Morton, y aunque también se dijo que la idea se la había sugerido otro como posibilidad, nos unimos a quienes reconocen a William Morton como el padre de la Anestesiología.

Ello, por las siguientes razones: 1.) porque el primero de los reclamantes hizo su real o supuesta utilización del éter en privado, no en público, por lo cual Morton no tenía por qué saberlo, ni tampoco aquel supuesto antecesor —de ser cierto ese precedente— se expuso al fracaso en público como sí lo hizo Morton, ni se sabe si realmente dicha utilización de éter se llevó a cabo o, por el contrario, solo fue un montaje para desacreditar a quien hasta ese momento no era más que un modesto dentista —así se llamaban los actuales odontólogos— y, para colmo de males, de origen humilde y campesino; 2.) porque el segundo de los reclamantes lo que utilizó no fue éter, sino otra sustancia —óxido nitroso—, y el fracaso de aquella prueba fue tan absoluto como el éxito de Morton; y 3). porque de la tal sugerencia solo se habla con un “al parecer”, sin que obre prueba fehaciente alguna de que ella realmente hubiese ocurrido.

 

WILLIAM MORTON. PRIMERA EXTRACCIÓN DE UN DIENTE SIN DOLOR. [Ernest Board. 1920. Óleo sobre lienzo].

 

Por qué no se le reconoció la patente a Morton habría obedecido más a la envidia que producía el hecho de que un dentista, y no un médico, hubiese dado un golpe tan publicitado, como era de suponerse, y hubiese sido el que aportara semejante descubrimiento en la historia de la Medicina, que por los verdaderos méritos de sus opositores.

También pesó, sin duda, la halagüeña perspectiva económica que ya se le vislumbraba al dentista gracias a los derechos derivados de su descubrimiento.

Más allá de lo que haya sido, no habla bien del sistema de justicia norteamericano el hecho de que, debido a los altísimos costos de los juicios, William Morton terminó sus días sumido en la ruina.

¡Loor a William Morton y a quienes como él han hecho aportes valiosos a la humanidad!

¡Gracias por compartirla!
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