Nada importa que la vida sea tan dura,
Ni que haya poco pan sobre la mesa
Si un muchacho de los nuestros raudo besa
La victoria al descender por la espesura.
Nada importa si en la casa no hay holgura,
Si a los sueños y al mañana se atraviesa
Con su rostro compungido la tristeza,
Él a punta de sudor todo lo cura.
De Pamplona viene hoy con su bravura
Penetrando entre la niebla y la dehesa
Y lo anima el frailejón, que nunca cesa
De mecerse entre los vientos de la altura.
El paisaje de mi tierra es hermosura,
El ciclismo es un ejemplo de entereza,
Y aquel joven que hoy se colma de grandeza
Mezcla es de verraquera y de dulzura.
El descenso de El Picacho es la pavura
Donde incluso hasta el ateo a Dios le reza,
Y este hombre, que en su cicla es la fiereza,
De allá viene como niño en travesura.
Él desciende y sube la temperatura
Mientras crecen su coraje y su presteza,
Y a la vista de su ardor y su guapeza,
Dicen todos que la etapa está segura.
Es el estadio el universo en miniatura,
Donde el ¡viva! en la garganta nadie apresa,
Donde todo el mundo a gritos se confiesa
Y al más cuerdo se le olvida la cordura.
Y es allí donde aparece la figura
Del que lleva varias horas en la empresa
Y es, entonces, para el pueblo la sorpresa
De hombre y cicla en preciosa ensambladura.
El paso, ya en la pista, lo apresura,
Ruge el mundo y su rugido tanto pesa,
Tanto mece a nuestra tierra bumanguesa,
Que parece hallarse en riesgo la estructura.
El resto ya no es más que añadidura,
Es pensar que yo fui rico en la pobreza
Porque tuve a mi favor la gran riqueza
De haber visto tanta entrega y galanura.
Y al que hizo realidad tal coyuntura,
A ese hombre que mostró tanta nobleza,
Muchas gracias, campeón, por su proeza
De a pedal ponerle miel a la amargura.
Que haya siempre para usted buenaventura,
Como ese día en que de tierra pamplonesa
Vino a darnos alegría de sobremesa
Montando airoso sobre su cabalgadura.
Ruitoque, Mesa de las Tempestades, Área Metropolitana de Bucaramanga, sábado 4 de marzo de 2017
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* Esta poesía la escribí el sábado 4 de marzo de 2017 cuando me llegaron a la memoria los hermosos recuerdos del triunfo obtenido por el magnífico ciclista santandereano Severo Hernández Tarazona en la segunda etapa de la XV Vuelta a Colombia en Bicicleta corrida entre Pamplona y Bucaramanga el día jueves 18 de marzo de 1965. Yo cursaba cuarto año de primaria en la Concentración Escolar de Varones José Camacho Carreño y esa mañana nos soltaron para que pudiéramos ir con nuestras familias a recibir a los corredores al frente de los cuales marchaba nuestro digno representante. En aquel entonces la popular competencia se corría por departamentos.
* Respetuosamente me uno a los sentimientos de inmenso pesar que embargan a su familia, a sus amigos y al pueblo santandereano, y doy públicamente fe, como siempre lo hice dentro de mi entorno familiar, de las enormes alegrías que en mi niñez y en mi adolescencia me regaló con su pujanza personal el estupendo deportista que hoy acaba de partir, como dicen bellamente los masones, hacia el Oriente Eterno.
Óscar Humberto Gómez Gómez. Ruitoque, Mesa de las Tempestades, Área metropolitana de Bucaramanga, viernes 15 de abril de 2022