Nada importa que la vida sea tan dura,
Ni que haya poco pan sobre la mesa
Si un muchacho de los nuestros raudo besa
La victoria al descender por la espesura.
Nada importa si en la casa no hay holgura,
Si a los sueños y al mañana se atraviesa
Con su rostro compungido la tristeza,
Él a punta de sudor todo lo cura.
De Pamplona viene hoy con su bravura
Penetrando entre la niebla y la dehesa
Y lo anima el frailejón, que nunca cesa
De mecerse entre los vientos de la altura.
El paisaje de mi tierra es hermosura,
El ciclismo es un ejemplo de entereza,
Y aquel joven que hoy se colma de grandeza
Mezcla es de verraquera y de dulzura.
El descenso de El Picacho es la pavura
Donde incluso hasta el ateo a Dios le reza,
Y este hombre, que en su cicla es la fiereza,
De allá viene como niño en travesura.
Él desciende sin temor y sin mesura,
Antes crecen su coraje y su presteza,
Y a la vista de su ardor y su guapeza,
Dicen todos que la etapa está segura.
Es el estadio el universo en miniatura,
Donde el ¡viva! en la garganta nadie apresa,
Donde todo el mundo a gritos se confiesa
Y al más cuerdo se le olvida la cordura.
Y es allí donde aparece la figura
Del que lleva varias horas en la empresa
Y es, entonces, para el pueblo la sorpresa
De hombre y cicla en preciosa ensambladura.
El paso, ya en la pista, lo apresura,
Ruge el mundo y su rugido tanto pesa,
Tanto mece a nuestra tierra bumanguesa,
Que parece hallarse en riesgo la estructura.
El resto ya no es más que añadidura,
Es pensar que yo fui rico en la pobreza
Porque tuve a mi favor la gran riqueza
De haber visto tanta entrega y galanura.
Y al que hizo realidad tal coyuntura,
A ese hombre que mostró tanta nobleza,
Muchas gracias, campeón, por su proeza
De a pedal ponerle miel a la amargura.
Que haya siempre para usted buenaventura,
Como ese día en que de tierra pamplonesa
Vino a darnos alegría de sobremesa
Montando airoso sobre su cabalgadura.
Ruitoque, Mesa de las Tempestades, área metropolitana de Bucaramanga, sábado 4 de marzo de 2017.
POST SCRIPTUM :
EL SEVERO HERNÁNDEZ QUE YO ENTREVISTÉ
Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro del Colegio Nacional de Periodistas. Credencial de Periodista No. 2014026 del CNP.
Con la poesía “A SEVERO HERNÁNDEZ” quise recrear el sonoro triunfo del recordado ciclista santandereano Severo Hernández Tarazona, oriundo de Guaca, provincia de García Rovira, departamento de Santander, en la segunda etapa de la XV Vuelta a Colombia en Bicicleta corrida entre Pamplona y Bucaramanga el día jueves 18 de marzo de 1965 cuando yo era alumno de cuarto de primaria en la mejor escuela del mundo y sus alrededores, la Concentración Escolar de Varones José Camacho Carreño, de la cual también fue alumno el magnífico deportista.
Todas las fotografías, excepto la pequeñita (la cual se tomó de Internet), le fueron suministradas al autor por el propio homenajeado para que con ellas ilustrara la publicación del poema.
Y es que con miras a la publicación de este homenaje poético, y gracias a la fructífera gestión de nuestros amigos comunes Héctor Hernández Mateus y Ramiro Colmenares, el autor llevó a cabo una memorable visita a la casa de don Severo Hernández Tarazona, visita dentro de la cual este tuvo la amabilidad no solo de confesarle que era “fan” de “El campesino embejucao”, sino de poner a sonar el disco – y no precisamente pocas veces, ni a bajo volumen – en su brillante y preciosa rocola. Hubo, además, una amena tertulia cargada de recuerdos y el autor de la poesía terminó haciéndole a su homenajeado una entrevista, que espera publicar posteriormente.