Corre que te corres,
Pasando veloz, sin detenerte.
No vayas tan rápido, opacado,
Como si huyeras
De la alegría comercial.
Espera,
Que esperando hemos vivido.
Igual esperaron
Las ilusiones que te amaron
Y un día también se fueron.
No apresures el tiempo
Que la nochebuena se fue
Y quedó la navidad yerta,
Con luces de supermercado.
Sin los luceros que desterró la ciudad.
Tanto corres que atropellas,
Deja tiempo para los recuerdos,
Vive la vida tú mismo.
Compulsivo que te has vuelto
Comprando cosas inútiles,
Quincalla, bagatelas y abalorios.
El dinero no se come,
Aturde, emperejila, intoxica,
No viste de estrellas la mañana.
Nos alcanzará el tiempo,
Sin ser necesario detenerlo,
Para repasar Diciembres.
Quisiera revivir los tiempos,
Los del canto a la madrugada,
Los de la paz sin miedos
A infiernos y amores censurados.
Quiero tenerlos ahora
En la canasta verde y rojo
Pasando una noche buena
sin tantas navidades.
Después vendrán qué días.
Los últimos del año,
Los de miradas inciertas,
Los de abrazos ardorosos,
Los de esperanzas renovadas
Y las suertes en la baraja.
Como si solo por pasar el tiempo
Cambiara de fatal a destino rosa.
Y Enero, mes de alucinados ilusos,
A ese no deseo esperarlo.
Tú eres joven y me oyes.
De viejo ya es otra cosa.
Tantas luces de colores
Y villancicos monótonos,
Mercancías y cachivaches,
Comerciantes al acecho
Haciendo Agosto en Diciembre.
Embrutecen ¡No los soporto!
El ruido ahuyenta recuerdos.
Diciembre era con los míos,
En francachela de luna llena
Y la estrella polar fulgente,
El vino de la pascua,
En la calle banda y payasos,
Con el toro de candela.
Carnaval carnavalito,
Me disfrazo de arlequín
Para el baile de Inocentes.
Si vas a llegar, Diciembre,
Tan extraño e insaciable,
Mejor que no vuelvas.
A mi edad ya no te creo
Que eres el mismo de antes,
El mejor de todo el año,
Con angelitos y cantos.
La noche de los regalos
Prefiero dormir profundo
O sin sueño soñar despierto.
De niño te veía distinto.
Ni vendrá un niño a salvarnos,
Ni hay pesebre a dónde llegue.
No hay camellos, no hay ovejas
En el espejo bebiendo,
Sin que se hundan de milagro.
No te acerques más, Diciembre.
Y tú deja de correr
Que no te pierdes de nada
Si llegas tarde al festejo.
LIBARDO LEÓN GUARÍN. Sociólogo, historiador, escritor, poeta y docente universitario santandereano. Es columnista de Vanguardia Liberal, profesor de la Universidad Industrial de Santander (UIS) y Miembro de Número de la Academia de Historia de Santander. Ha publicado los libros Suicidio y alienación, Poesía para leer debajo de la mesa, Caminante son tus huellas, Cazapato años sin cuenta, entre otros.
