¿Quiénes están detrás del crimen ecológico contra el parque Santander de Bucaramanga? Por Óscar Humberto Gómez Gómez

 

¿Quiénes fueron los bárbaros que autorizaron la criminal tala de treinta y tres árboles en el parque Santander de Bucaramanga? ¿Por qué era tan estrictamente necesario semejante conspiración en contra de la naturaleza?

 

¿Por qué era tan indispensable modificar de raíz ese tradicional parque, ayer un remanso de descanso y solaz, hoy convertido en un peladero donde no hay siquiera cómo resguardarse del sol abrasador?

 

Ese parque, al fin, de quién es: ¿del Departamento de Santander o del Municipio de Bucaramanga?

 

¿No fue, acaso, el Municipio de Bucaramanga el que le compró a la Iglesia Católica la antigua Plaza de Belén?

 

¿Por qué, entonces, fue -según dicen- el gobernador del departamento de Santander Horacio Serpa Uribe el que dispuso la remodelación del parque?

 

¿En qué momento el parque pasó de ser del Municipio a ser del Departamento?

 

¿Qué dijo el alcalde municipal de Bucaramanga respecto al proyecto, que contemplaba el arboricidio?

 

¿Quién fue el genio que diseñó esas gigantescas y horrorosas bancas? ¿Por qué las construyeron de madera, si obviamente les caerá el agua de las lluvias?

 

¿Se dieron cuenta ya de que dentro de los intersticios que quedaron entre tabla y tabla se cuelan desechos de toda clase?

 

¿Para qué querían que los visitantes que se sentaran a descansar tuvieran que sentir cómo su cabeza prácticamente se toca con la cabeza de quien está sentado detrás?

 

¿Se quiso copiar el modelo de las plazas costeñas?

 

¿Tuvo qué ver con ese modelo el hecho de que para la remodelación del parque la Gobernación contrató a una empresa de Barranquilla?

 

¿En qué pararon las manifestaciones de total inconformidad hechas a Vanguardia Liberal por el propio gobernador Serpa Uribe con relación a que esa empresa contratista barranquillera, pese a que había sido muy bien recomendada, había resultado ser extremadamente incumplida? ¿Quién la recomendó y por qué?

 

¿Es que, definitivamente, queremos renegar de nuestra condición de ciudad andina para dárnoslas de que somos costeños?

 

¿Por qué nos avergüenza tanto el sentirnos santandereanos?

 

¿Es que no había aquí mismo, en Santander, una empresa capaz de remodelar el parque?

 

 

El exalcalde del hermano municipio de Tona / Santander don Alberto Flórez Flórez, aquel mandatario que hasta trabajaba gratis, porque su sueldo lo donaba para obras de su terruño, y quien hoy se halla dedicado a las letras y a la promoción de la cultura local tonera y santandereana, en medio del respeto y el cariño de su pueblo, publicó en el periódico Vanguardia Liberal unos versos de protesta contra este exabrupto -hasta hoy impune- que se cometió en contra del que era uno de los lugares más representativos de “La Ciudad de los Parques”. Nuestro portal los reproduce, con la venia de don Alberto, por supuesto:

 

 

El parque quedó muy feo,
nuestro parque Santander,
se acabó nuestro paseo
de dialogar y leer.

 

De estética nada tiene,
para la gente, un tormento;
investigarla conviene:
obra fea y de gris cemento.

 

No hubo concertación,
¡a la ciudad se respeta!
díganle a la población:
¿quién diseñó esa banqueta!

 

¡Cuánto dinero invertido!
¡qué obra tan de mal gusto!
esto no tiene sentido,
¿qué se hicieron fuente y busto!

 

Amerita revisión,
cumpliendo con el deber,
de la ciudad corazón,
nuestro parque Santander.

 

Que se revise el proyecto
para el parque reformar,
requiriendo al arquitecto
a ver qué puede arreglar.

 

Que en el parque Santander
haya mejor estructura:
de nuestro pueblo, el deber;
del arte, su arquitectura.

 

 

¡Gracias por compartirla!
Publicado en Ecología | 3 comentarios