El ambientalista y defensor de animales santandereano Orlando Beltrán Quesada enfrentará acusación penal del Circo Gasca de México el próximo 19 de agosto. Por Óscar Humberto Gómez Gómez

ÓSCAR HUMBERTO GÓMEZ GÓMEZ. Fotografía de Nylse Blackburn. 2009

 

Como es de público conocimiento, el destacado empresario santandereano Dr. Orlando Beltrán Quesada ha liderado en esta región de Colombia, en su condición de Presidente de la Asociación Defensora de los Animales y de la Naturaleza (ADÁN), la decidida defensa de los perros, los caballos y las demás especies animales, que han sido y continúan siendo maltratadas con fines de explotación económica o por simple diversión, como acontece, en su sentir, con los circos y los zoológicos.

Son muchos los que piensan, desde su personal perspectiva del tema, que el solo hecho de mantener animales en cautiverio es una modalidad de maltrato animal.  Incluso se tiende a estimar, cada vez con mayor fuerza, a raíz de recientes y escandalosos episodios que se han denunciado, que de una vez por todas, el Estado, y no sólo el colombiano, sino el Estado como concepto filosófico, político y jurídico de orden internacional, vale decir, aquel que se reúne de manera multilateral en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU) o de la Organización de Estados Americanos (OEA), debería abordar, y no sólo normativamente, la protección de la fauna, máxime cuando buena parte de ella se encuentra en franca vía de extinción.

 

ORLANDO BELTRÁN QUESADA

 

Pues bien: Desde el año 2009, el Circo Gasca de México denunció penalmente al Dr. Orlando Beltrán Quesada, quien se opone de manera radical a que se mantengan animales cautivos y se les dé malos tratos, conducta ésta en la que el circo niega categóricamente haber incurrido.  Según lo hizo saber el propio denunciado a través de su cuenta de Facebook, el proceso ha llegado a la etapa de la acusación. La audiencia correspondiente, prevista para ayer, miércoles 15 de junio, debió ser, sin embargo, aplazada debido a la ausencia del apoderado que representa los intereses del circo mexicano y se llevará a cabo el próximo 19 de agosto.

Se informa que los cargos contra el Dr. Beltrán Quesada son por el delito de injuria y su comisión empleando un medio de comunicación.  En primer lugar, el delito de injuria sólo se tipifica cuando se hacen afirmaciones deshonrosas con ánimo de injuriar, lo que se conoce como ánimus injuriandi.  El Dr. Beltrán Quesada no pareciera ser eso lo que viene haciendo. Sencillamente, en un mundo donde se emplean cada vez más el grafito, el anónimo, la llamada telefónica amenazante sin identificación alguna del interlocutor que llama, la palabra soez, el pseudónimo y hasta la violencia, él, dando siempre su nombre y sus dos apellidos, sin ocultarse detrás de máscaras de ninguna índole, ha venido defendiendo, con lenguaje claro, lo que considera una agresión que, en su sentir, tiene que acabarse:  la dirigida contra los animales, los que por no poder hablar ni escribir, como sí lo puede hacer el ser humano, obviamente están en una manifiesta desventaja dentro del contexto de la naturaleza.  No vemos que esa labor tenga nada de delictivo. Al contrario, consideramos que la misma está enmarcada dentro del legítimo derecho de toda persona pensante a ejercer su libertad de expresión en un Estado de Derecho, y máxime en un Estado de  Derecho que, como el colombiano, ha suscrito y ratificado tratados internacionales de protección de los animales.

En segundo lugar, por muy duras que sean las críticas, enseña la doctrina, no hay injuria cuando simplemente se está diciendo la verdad (Exceptio veritatis).  Pero la verdad no sólo es objetiva, sino que también suele tener un componente subjetivo. Por eso se insiste en que nadie puede creerse poseedor de ella, con exclusión arbitraria de lo que piensan los demás acerca del mismo tema.  En el caso que nos ocupa, lo que para unos es diversión, para otros, como el Dr. Beltrán Quesada, es burda agresión e inaceptable irrespeto a los animales. Y él, independientemente de que tenga la razón o de que esté equivocado, está en todo su derecho de pensarlo así,  de manifestarlo y de actuar en consecuencia, sin que tenga que pagar por ello el precio de ir a la cárcel.

De abrirse camino semejante extravagancia, también podrían denunciar penalmente, pongamos por caso, los taurófilos a quienes consideran que el toreo es un espectáculo salvaje, los dueños de los zoológicos a quienes estiman que mantener animales salvajes en una jaula para ganar dinero exhibiéndolos es una conducta reprobable o los cazadores a quienes creen que la cacería es una conducta criminal. Hace algunos años, Juan Gossaín se enfrentó, desde los micrófonos de RCN, con los directivos de un club de tiro por la práctica del curioso “deporte” de lanzar a volar palomas para luego tratar de despedazarlas de un balazo.  El periodista adujo que eso no era deporte, sino un crimen contra la naturaleza, porque las palomas estaban completamente indefensas y a merced de los tiradores.  El club replicó que para defenderse y esquivar los proyectiles, las palomas contaban con sus alas. Gossaín remató su intervención retomando este último argumento y comentando: “Y después ustedes se disgustan conmigo porque yo digo que el ser humano es una mierda”.

No debe perderse tampoco de vista que en materia probatoria existen los indicios y las presunciones de hombre. Por ello, para efectos de determinar si una afirmación es injuriosa o no, debe apreciarse si al momento de hacerse existían indicios serios o hechos concretos sobre los cuales pudiera edificarse razonablemente una presunción. Pues como de lo que se trata es de precisar si el autor de las aseveraciones actuó con mero ánimo de injuriar o no, o sea, si obró con dolo o no, poco importa que, finalmente, sus apreciaciones, basadas en los indicios que observó o en las deducciones que extrajo de algún hecho realmente ocurrido, estuviesen equivocadas.

Según lo poco que ha trascendido del caso, el Dr. Beltrán Quesada se pronunció enérgicamente contra el cautiverio de una elefanta que era mantenida en el interior del circo en adversas condiciones de salud.  Dado que se trataba de la prueba de un hecho que estaba ocurriendo dentro de un lugar al que no se tenía acceso, no quedaba sino la opción probatoria de los indicios y las presunciones de hombre.  Pues bien: el solo hecho de haber muerto la elefanta poco después de la denuncia formulada por el ambientalista y de las actuaciones que desplegó en procura de que fuese liberada, constituyó, lógicamente, un indicio muy serio y grave de que sus apreciaciones no andaban descaminadas, y además le permitió deducir razonablemente que a la muerte la habían conducido las condiciones de cautiverio en que se hallaba.  Ahora bien: que eso, a la luz de autopsias o pruebas científicas posteriores, hubiese terminado siendo cierto o no, resulta completamente irrelevante frente al tema, porque para el momento en que el defensor del animal hizo sus afirmacionesla realidad consolidada era, única y exclusivamente, la que él estaba apreciando y que le permitía extraer las conclusiones que extrajo.

Y es que la verdad tiene también un componente relativo: lo que es verdad en un momento determinado y dentro de determinadas circunstancias, deja de serlo más tarde, cuando esas circunstancias cambian.  La verdad del gran Claudio Ptolomeo de Hepáseo según la cual el Sol giraba alrededor de la Tierra se mantuvo vigente durante siglos y fue, por lo tanto, la única verdad para no pocas generaciones de habitantes del planeta, que nacieron, vivieron y murieron aprendiendo y enseñando esa verdad.  Pero esa verdad dejó de serlo cuando el gran Nicolás Copérnico arribó al escenario con su propia verdad: la de que no era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra, sino que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol.  Por eso, en un Estado de Derecho jamás se acusa de calumnia (delito que junto con la injuria conforman la dupla de conductas contra el patrimonio moral) al Juez que profirió contra alguien una decisión revocada posteriormente debido a que aparecieron nuevos elementos de análisis.

Finalmente, desde el punto de vista de la reciprocidad jurídica, el respeto a la libertad de expresión tiene que ir en ambos sentidos. Los amantes del circo, de los toros, de las corralejas, de los zoológicos, de las riñas de gallos y de los demás espectáculos que se basan en el cautiverio de los animales, tienen derecho a expresar libremente lo que piensan sobre esas actividades, obviamente a favor de las mismas.  ¿Por qué se va a enviar a la cárcel a quienes osan pensar en sentido contrario?

 

A continuación, reproducimos la nota que el acusado publicó en su portal de Facebook.

 

“¿IRÉ A LA CARCEL POR DEFENDER LOS ANIMALES?

 

El CIRCO DE MEXICO de propiedad de los HERMANOS GASCA me acusó penalmente en julio de 2009 por el presunto delito de INJURIA Y CALUMNIA. La primera parte del proceso correspondió a la AUDIENCIA DE CONCILIACION, en la que no solo NO ME RETRACTÉ, sino que les confirmé mis señalamientos. Luego, el siguiente paso fue la AUDIENCIA DE IMPUTACION , realizada el pasado 27 de Octubre de 2010, donde la JUEZ leyó los cargos y el FISCAL propuso que me declarara CULPABLE, ya que con ello me rebajarían las penas de CARCEL y SANCION a la mitad (14 a 48 MESES DE PRISION y 15 a 1500 salarios mínimos legales mensuales vigente, art. 221,222,223 Código Pena l). Obviamente NO ACEPTE LA IMPUTACION. Ahora viene la AUDIENCIA PUBLICA DE ACUSACION, que será este MIÉRCOLES 15DE JUNIO, a las 10 A.M. en una sala del PALACIO DE JUSTICIA DE BUCARAMANGA (Sótano, por la Calle 34.) Esta audiencia es PUBLICA es decir cualquier persona puede asistir.(¿Quiénes pueden ir?)

LOS Y LAS QUE ME CONOCEN DE VERDAD, SABEN QUE LA BANDERA QUE HE LLEVADO EN ALTO DURANTE LOS MEJORES AÑOS DE MI VIDA NO LE DEJARE AGACHAR, CUESTE LO QUE ME COSTARE: HASTA LA VIDA MISMA. Y SI DEBO IR A LA CARCEL, LO HARE´,PERO LA VERDAD SOBRE LA CRUELDAD OCULTA Y EL TRAFICO DEL DOLOR QUE HACEN LOS CIRQUEROS DEBE TRIUNFAR SOBRE ESAS PERVERSAS INTENCIONES DE CALLAR MI VOZ Y MI PLUMA. Y SE QUE YA HAY MUCHA GENTE QUE SEGUIRA CON ESA BANDERA EN ALTO Y LA LUCHA ENTONCES NO HABRA SIDO EN VANO. DIOS, E L UNICO SEÑOR DE LA VERDAD ABSOLUTA, GUIARÁ MI CAMINO Y ME DARA LAS MEJORES ARMAS PARA MI DEFENSA. LAS VOY A NECESITAR. Y LOS ANIMALES, NUESTROS HERMANOS MENORES EN LA CREACION, TENDRAN UN CAMINO MAS DESPEJADO PARA SU LIBERACION DEL OPRESIVO Y CRUEL UTILITARISMO HUMANO.

Bucaramanga, junio 12 de 2011
ORLANDO BELTRAN QUESADA”

 

Confiamos en el buen juicio de nuestra Administración de Justicia y en que no se sentará lo que sería un funesto precedente para la libertad de expresión y para quienes han optado por asumir la defensa de los animales, del medio ambiente y, en general, de la naturaleza, que es, en el sentir de algunos, como los cristianos, la gran obra de Dios, y en el sentir de otros, como los panteístas, Dios mismo.

 

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