Nos encontramos muy complacidos y a la expectativa frente al anuncio del señor Presidente de la República Dr. Juan Manuel Santos Calderón según el cual va a orientar en un sentido completamente distinto el manejo de la salud en Colombia, atomizado a partir de la Ley 100 de 1993 en un sinnúmero de empresas promotoras de salud (EPS), instituciones prestadoras de salud (IPS), empresas sociales del Estado (ESE), un insensible y cada vez más desmantelado ISS, así como también en ARS, ARP y otras “eses”, que convirtieron al paciente en un ser desgraciado y sin salida, como el “Ananías” de LA MUJER DE ANANÍAS, canción que, precisamente, me puso en contacto por primera vez con el Dr. Santos Calderón gracias a su sorpresiva felicitación telefónica.
Como ustedes recordarán, por aquel entonces el Ministro de la Protección Social Diego Palacio Betancourt, en entrevista con el canal RCN y luego de escuchar, con una sonrisa, LA MUJER DE ANANÍAS, anunció públicamente que vendría, en los días subsiguientes, “LA LEY ANANÍAS”.
Infortunadamente, aquella ley resultó un fiasco, porque no había nacido del deseo sincero del gobierno nacional de solucionar la crisis en la salud, denunciada en nuestra canción, vale decir, el errado concepto de la “salud-negocio”, ni buscaba retomar el sendero perdido y fortalecer la noción de la “salud-derecho fundamental” y la “salud-servicio público”, sino simplemente evitar el estallido de una crisis de naturaleza económica derivada del ineficiente y corrupto manejo que a las astronómicas sumas destinadas a la salud habían venido dando los voraces intermediarios creados por la nefasta Ley 100.
Cuando creíamos que todo había sido en vano, y que LA MUJER DE ANANÍAS no pasaría de ser una canción de finales del año 2003, revivida en el 2009 solamente por motivaciones políticas, nos sorprende gratamente el señor Presidente de la República con este feliz y esperanzador anuncio.
Dice EL TIEMPO (Sábado 13 de agosto, p. 2) que la reforma que viene en camino está fundamentada “sobre tres principios: la salud es un derecho, la salud no es un negocio, y el aseguramiento de la población es responsabilidad del Estado”.
Ni más ni menos, lo que veníamos defendiendo con LA MUJER DE ANANÍAS.
Pero hay algo más, que terminó, para nuestra alegría, dándonos la razón. Es el criterio que criticábamos según el cual nuestros impuestos no nos eran retribuidos en modo alguno en materia de salud, porque finalmente teníamos que pagar la atención médica aparte de tributar, so pena de quedar desprotegidos. Pues bien, informa al respecto EL TIEMPO (ibídem) que “el Presidente expresó que su gobierno alberga la intención de buscar la forma de que la salud de la gente sea asumida por el Estado a través de la tributación, y no mediante cotizaciones de los afiliados, como ocurre hoy”.
¡Buena esa, señor Presidente!
Y aprovechemos la ocasión para recordar a LA MUJER DE ANANÍAS. Den, por favor, clic izquierdo encima del enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=l0O7eEUnV5c&feature=related
Un abrazo.
ÓSCAR HBTO.
Qué buena noticia. Ojalá no se quede sólo en palabras como escribió Alberto…
Saludos
Excelente.
Gracias a Dios en aquella ocasión no pegó lo suficiente el título de “Ley Ananías”. Sí, bien recuerdo al ministro diciendo eso (tergiversando terriblemente el verdadero significado de la letra). Hubiera sido un desprestigio terrible para esa canción tan hermosa.
Ojalá esto de Santos no se quede en palabras, porque todo volvería a ser por politiquería, como el estatuto de seguridad social… Esperemos que sí, doctor Óscar Humberto.
Felicitaciones por su artículo.