
Ya porfié lo suficiente con la idea,
ya no hay caso, llegué al fin: no habrá soneto;
uno debe ser consciente de si un reto
lo ha vencido y salir de la pelea.
Eso sí: que conste al menos que hubo ganas,
que de papel, cerebro y tinta hubo derroche,
que trabajé durante el día y en la noche
y que a esta lucha debo yo el tener más canas.
A mis amigos pedir quiero dos favores:
el uno es el evitarme los dolores
que a los tozudos nos implica un desafío;
el otro, el prometerme a lo sagrado
que nunca más de mala gana o con agrado
dirán que quieren un soneto que sea mío.