Lo primero que me llamó la atención de ti, Andrea Katherine, fue tu sonrisa.
Observé que era una sonrisa limpia, una de esas sonrisas que irradian sinceridad, aquella hermosa virtud que excluye dobles intenciones, que solo se genera dentro del alma de las personas transparentes, de la gente valiosa, de quienes no saben de odios, ni de envidias, ni de propósitos oscuros con los que se busca hacerles daño a los demás.
No me equivoqué, Andrea Katherine, cuando vaticiné que habías llegado a nuestra familia a traernos bondad, alegría y dulzura. Porque eso eres tú: una jovencita buena, alegre y dulce.
Hoy, cuando la Facultad de Odontología de la ilustre Universidad Santo Tomás te estará otorgando el preciado diploma que te acreditará como nueva Odontóloga, puedes tener la convicción absoluta de que el Cielo te estará bendiciendo, porque las personas como tú se lo merecen y porque el Hacedor Supremo distingue muy bien quiénes son sus mejores criaturas.
Lo que ya te he dicho antes personalmente y en público, hoy, el día de tu graduación como nueva profesional santandereana, te lo reitero, Andreíta querida, desde este blog en el que plasmo mis intimidades para que las lean quienes me obsequian su aprecio y a quienes yo correspondo con el mío: que para mí eres, no solo una de mis nueras, sino ni más ni menos que otra hija más que me regaló la vida. Así lo percibe mi corazón, que hoy, al igual que el tuyo, también está de fiesta.
Mi entrañable doctora: sé que serás feliz en tu profesión. Y lo sé, porque todo lo que uno hace en la vida con Amor termina produciendo sus buenos frutos – incluso sin que uno sea consciente de ello -, pero principalmente el fruto inestimable de la felicidad. Solo puede ser feliz quien ama lo que hace.
Te felicito, Andreíta, y te deseo que hoy y siempre haya optimismo y esperanza en tu corazón hermoso.
Me siento orgulloso de ti y me complace de manera enorme que formes parte de mi familia.
Te quiero inmensamente,
Óscar Humberto
Mesa de las Tempestades, Área metropolitana de Bucaramanga, viernes quince de marzo de dos mil veinticuatro
