¡ALERTA! Proteja a su perro del cáncer de piel por exposición al sol. // No permita que su paseador lo lleve a caminar bajo el sol del mediodía. Por Óscar Humberto Gómez Gómez

 

En el día de hoy y principalmente hacia el mediodía hizo uno de esos calores veraniegos de sol canicular que no solo desencadenan dolor de cabeza y sensación de sopor, sino que por momentos parecieran amenazar con secar el mundo y derretir la vida.

En algunos lugares y en ciertos períodos del año el calor solar excesivo llega a producir desmayos e incluso son numerosos los casos en que las personas caen muertas en plena calle a consecuencia del mismo.

 

 

Entre una y dos de la tarde salí junto con mi esposa de nuestra casa y nos propusimos abandonar nuestro conjunto residencial con el propósito de ir a Bucaramanga. Sin embargo, cuando avanzábamos lentamente hacia la portería vimos que venía en sentido contrario el grupo de perros a los que saca a caminar a diario un paseador contratado por los dueños de casa. No es este el único paseador de perros que frecuenta el lugar, son varios.

Por lo general, y como es lógico que ocurra, los dueños de casa abandonan sus hogares para irse hacia sus sitios de trabajo a atender sus labores cotidianas y es normal que cada cual deje su vivienda a cargo de una empleada del servicio doméstico. Esta ausencia hace que el paseador recoja a los canes en momentos en que no se encuentran en el hogar sus dueños y que quien en consecuencia se los entregue sea la empleada. Lamentablemente, todo parece indicar que la información acerca de los nocivos efectos que el sol causa en la piel no ha llegado hasta estas personas, o que ellas hacen caso omiso de la misma. De hecho, en una sociedad como la nuestra ambas cosas son perfectamente posibles.

Lo cierto es que la fatiga y la sed se les notaba a leguas a todos los perros que traía el paseador de regreso. Percibí que para esos momentos el calor era uno de esos que ya no solamente se siente, sino que se ve. En una palabra, los perros venían expuestos a un sol terrible, a un sol que parecía que iba a generar un incendio.

El paseador se cubría la cabeza con un sombrero y con uno de esos implementos que utilizan los árabes y que solamente permite verles la cara; los perros, en cambio, solamente iban “protegidos”, si así se puede llamar, por el pelaje más o menos abundante que, según la raza, tienen o no en el cuerpo.

Aún no salíamos del entorno y mi esposa comentó que parecía como si estuviéramos en la costa.

 

 

Poco después de abandonar el lugar me arrepentí de no haber detenido la marcha y haberle increpado al paseador el que estuviese sacando los perros a pasear a pleno sol en lugar de hacerlo a horas frescas. De verdad que me sentí muy molesto. No obstante, ante la inevitabilidad de los hechos cumplidos, decidí escribir, al regreso de Bucaramanga, una nota en mi blog y ponerla a circular entre mis vecinos.

Sin embargo, ya de regreso, esa decisión inicial la extendí y fue así que consideré más útil que se abriera una nueva sección dentro de mi portal y tratar en ella ese y otros temas importantes relacionados con el cuidado animal. En efecto, hoy ha sido abierta bajo el título de “Veterinaria “, tal y como nuestros visitantes lo pueden estar observando en el cabezote.

A partir de ahora, y tal y como allí se anuncia, se estarán abordando en esta nueva sección temas relacionados con los animales.

Obviamente, nos documentaremos con profesionales de la Medicina Veterinaria y con fuentes confiables de información científica.

Por ahora, les dejamos a nuestros vecinos, y por extensión a todas las personas a quienes llegamos con nuestras entradas, una inquietud para que se tome conciencia acerca de la imperiosa e inaplazable decisión de no permitir nunca más que los perros sean sacados a caminar por sus paseadores en horas en las que esté haciendo sol.

 

 

¿Y por qué lo anterior? ¿Por qué esta preocupación? ¿Por qué mi molestia frente al hecho de que los paseadores estén sacando a caminar a los perros a las 11 de la mañana, a las 12 del mediodía, a la una de la tarde, a las dos de la tarde, etc., en lugar de hacerlo a tempranas horas de la mañana, esto es, antes de las nueve de la mañana (9 a.m.), de manera que a las 10 de la mañana (10 a.m.) cada perro ya esté de nuevo en su casa, o en vez de hacerlo después de las cuatro de la tarde (4 p.m.), cuando el sol ya ha empezado a decrecer, como por ejemplo a las cinco (5 p.m.) o seis de la tarde (6 p.m.)?

La razón es muy sencilla y, de hecho, se trata de un tema acerca del cual viene leyéndose todos los días en la prensa, viene escuchándose a diario en la radio, viene viéndose y escuchándose de manera frecuente en la televisión, y vienen publicándose informes en diferentes canales de YouTube así como en otras fuentes de información de Internet. Me refiero a que el sol es la principal causa del cáncer de piel.

El cáncer de piel puede llegar a ser mortal. La gente suele creer que el cáncer de piel afecta solamente la piel, que es como decir a una parte meramente superficial del cuerpo. Error mayúsculo: un melanoma, por ejemplo, es potencialmente mortal porque está en capacidad de extenderse a otros órganos y matar al paciente. Un caso emblemático aparece narrado de manera dramática por el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince en su libro “El olvido que seremos”.

Pero otro aspecto extremadamente grave es el relacionado con los perros en sí. Y es que las personas piensan que solamente los humanos pueden verse afectados de cáncer de piel por exposición al sol. Nada más alejado de la realidad. En el caso concreto de los perros del lugar donde resido y de sus paseadores que imprudentemente los sacan a caminar bajo los rayos del sol, se tiene el lamentable antecedente de un perro que precisamente por estos días se encuentra en tratamiento oncológico debido a habérsele detectado cáncer de piel.

 

 

También se cree de manera errónea que el pelaje del perro lo protege contra los efectos de los rayos UV (rayos ultravioleta) del sol, causantes del cáncer dermatológico. Otro error mayúsculo: el pelo de las mascotas NO las protege de estos rayos dañinos.

Así las cosas, la primera medida de prevención para proteger a los perros de la posibilidad de adquirir cáncer de piel es replantear de manera radical los horarios en los que los paseadores los sacan a caminar.

 

 

Los dermatólogos han advertido que si bien es cierto el sol es absolutamente necesario para la salud humana, pues no sólo proporciona, entre otras cosas importantes, la vitamina D que el cuerpo necesita y además regula el reloj biológico de nuestro cuerpo, el hipotálamo, por lo cual salir al sol es absolutamente necesario como costumbre diaria para prevenir problemas de salud física y mental como el insomnio, no menos cierto es que no todas las horas del día son propicias para tomarlo, pues ello debe hacerse ANTES de las 10 de la mañana (10 a.m.) o DESPUÉS de las cuatro de la tarde (4 p.m.).

Y esta advertencia que la Medicina hace con relación a los seres humanos también la hace la Veterinaria respecto de las mascotas.

 

 

En conclusión, el sol de entre las 10 de la mañana (10 a.m.) y las cuatro de la tarde (4 p.m.) está absolutamente contraindicado para asolearse y esa advertencia vale no solamente para los humanos, sino también para los perros.

Solamente con este elemental proceder prudente se prevendrá que se repita con los demás canes de nuestro condominio la lamentable historia que se está viviendo con aquel perro habitante del mismo que hoy en día está recibiendo tratamiento oncológico por cáncer de piel.

Y, en general, que se repita con muchas otras mascotas que están siendo expuestas imprudentemente a unas horas de sol totalmente inapropiadas.

 

ÓSCAR HUMBERTO GÓMEZ GÓMEZ: Miembro del Colegio Nacional de Periodistas. Credencial nro. 2014026 del CNP.

 

¡Gracias por compartirla!
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