Para muchos, como él mismo lo trae a colación en la crónica, puede parecer una majadería. No lo es, sin embargo, para quienes seguimos creyendo que estas son, precisamente, las cosas que la prensa debe exaltar, como en este caso lo hizo EL TIEMPO. No solo porque ya sobre sus 75 años haya decidido acudir al encuentro con los libros, sino por toda esa vida de lucha cotidiana que ha librado para tratar de sobrevivir en un país que, por momentos, no pareciera querer a sus hijos.
Nuestras felicitaciones al graduando. Y muchas gracias por haber hecho suya nuestra canción.
Los invitamos a dar clic izquierdo encima del enlace y a leer la crónica del campesino colombiano que se gradúa de bachiller a sus 75 años.
¡Bienvenidos!
Indudablemente es de admirar la férrea voluntad y deseos de superación de éste enternecedor y sencillo abuelo que a sus años, es un digno y representativo ejemplo de imitar. Un Colombiano “berraco y virtuoso”, como muchos meritorios hombres y mujeres del campo de Colombia. Un personaje casi subrealista y de extraordinarias connotaciones humanas para valorar y ser respetado por todos. Incluyendo a las generaciones más jóvenes que habitan especialmente en esa Colombia rural, campesina, sencilla, auténtica y muy habitualmente olvidada. LLena de muchísimas privaciones, marginada, realmente explotada, y absorbida por la pobreza y el desamparo de años de lucha continua para sobrevivir, que es indudablemente la actual realidad que refleja el campesinado Colombiano trabajador, en su difícil y sufrida situación por a la escacéz de oportunidades que les ha tocado soportar por el largo tiempo de abandono, exclusión y desinterés de gobiernos negligentes, incapaces y corruptos que le han incumplido o le han dado la espalda como siempre al “campo colombiano y a su merecido desarrollo socio-económico, y en todo sentido”. Ello sinembargo, no les ha impedido perder la esperanza, la tenacidad y el deseo de lucha por salir adelante, de sobrevivir a pesar de los inmensos obstáculos impuestos en el camino. Hecho muy característico y propio de la idiosincracia del Colombiano luchador, emprendedor y trabajador, como es lo que demuestra éste recio, humilde pero admirable hombre del campo: “Don José”. Que a pesar de todo trata de ser feliz en medio de su avanzada edad, del olvido y de tantas vicisitudes, pero que aún así sigue estoico, vivo, con rostro curtido por el implacable sol, marginado, abatido, pero con ese tesón incansable e imparable de optimismo y voluntad ejemplar, que demuestra su conmovedor deseo por mejorar su calidad de vida aunque sea en los últimos años que le restan por vivir. Algo que obviamente le ha sido o le fué siempre injustamente negado y esquivo durante la mayor parte de su laboriosa vida.
Vida meritoria e interesante. Estos son los verdaderos valores que la televisión debería resaltar. Ejemplos de vida verdaderamente dignos de imitar. Qué orgullo para sus hijos y para todos nosotros que sin conocerlo vemos el valor de su existencia. Felicitaciones al graduando y a su familia. Hermoso, don José.