LA ELECCIÓN
(Anónimo).
El león falleció ¡triste desgracia!
Y van, con la más pura democracia,
a nombrar nuevo rey los animales.
Las propagandas hubo electorales,
prometieron la mar los oradores,
y… aquí tenéis algunos electores:
aunque parézcales a ustedes bobo,
las ovejas votaron por el lobo.
Como son unos buenos corazones,
por el gato votaron los ratones;
a pesar de su fama de ladinas
por la zorra votaron las gallinas;
la paloma inocente,
inocente votó por la serpiente.
Las moscas, nada hurañas,
querían que reinaran las arañas;
el sapo ansía, y la rana sueña
con el feliz reinar de la cigüeña.
Un ingenuo gusano cojo
a votar se encamina por el topo;
el topo no se queja,
mas da su voto por la comadreja.
Los peces, que sucumben por su boca,
eligieron gustosos a la foca.
El caballo y el perro, no os asombre,
votaron por el hombre.
Y con dolor profundo
por no poder encaminarse al trote,
arrastrábase un asno moribundo
a dar su voto por el zopilote.
Caro lector que inconsecuencias notas…
Dime: ¿no haces lo mismo cuando votas?
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* Poema publicado en EL CRONISTA DEL VALLE, de Brownsville, Texas, el 26 de Mayo de 1926. Ha sido atribuido a Guillermo Aguirre y Fierro, autor de El brindis del bohemio. (Colaboración de: Dr. Luis Francisco Galeano Arrieta, M.D. y Dra. Gladys Celina Ariza Montañez, M.D.).