No es tan solo delincuente el que en turbiones
de ira o de hambre mal ha actuado;
también lo es el déspota togado
que niega la justicia sin razones.
Si la tal Comisión de Acusaciones
no fuese un tribunal desprestigiado,
haría rato yo hubiese denunciado
de ciertos magistrados sus acciones.
Y es que deben castigar con más rigores
a aquellos que debieran ser mejores,
que al pobre que de un pan se ha apoderado;
pues el que roba sin haber estado hambriento
o el que al pueblo solo causa sufrimiento
el escarmiento ha de tener asegurado.
GENIAL!