Tú lo eras todo en mi vida,
te fuiste y quedó tu historia,
hoy solo tengo memoria
para evocarte lucida.
Época bella y florida,
lejos del mal y la escoria,
en que lo humilde era gloria,
y fácil, cualquier subida.
Aunque la lucha fue ruda,
hoy mi adultez te saluda,
época hermosa y querida;
gané y perdí en la partida,
no hay cicatriz, no hay herida:
feliz me hiciste, sin duda.
Gracias Óscar por hacernos partícipes día a día de tan maravillosa inspiración y que nos muestra el lado bello de su interior. Pido al cielo que nos permita seguir contando con su prosa, su poesía, su música, ese don propio de grandes espíritus que es un oasis que nos reconforta para seguir adelante con nuestro diario vivir.
Un fuerte abrazo de Leonor y de mi parte.