A un mago burócrata ilustrísimo,
cual si fuese lo sagrado cosa nimia,
le dio por convertir, y sin alquimia,
en figura turística al Altísimo.
Todo es hoy banalidad, hecho ciertísimo,
vivimos en constante ciclotimia,
son tiempos de anorexia y de bulimia,
lo grandioso empequeñece rapidísimo.
Si no es Jesús figura tan eximia,
sino un persa, ¡qué extraña toponimia
el que quiera decir “Santanderísimo”.
Yo no creo que haya sido sinonimia:
no se coge una cereza en la vendimia
y tan solo Jesucristo es el Santísimo.
Muchas gracias por sus envíos que leo con interés dado que nos une la voluntad de preocuparnos por las cosas del arte y de la vida común y corriente por igual, como leo en sus composiciones. Lo cual nos convierte en aves raras, para quienes todo no es el cancaneo del dinero.
Saludo y buena suerte,
Libardo León Guarín
A ver si despertamos. Muy bien, amigo Óscar Humberto, nos está ayudando a pensar.
Es la explotación de la credibilidad religiosa, hecha por un clan.
BRAVOOOO….EXCELENTE…..DR. OSCAR HBTO, BENDECIDO…INFINITAMENTE…