Quintilio Gavassa Mibelli, ciudadano italiano nacido en la isla de Elba el 25 de noviembre de 1861, fue un inmigrante europeo que llegó a esta tierra para terminar muriendo en ella. A su muerte, ocurrida el día sábado 2 de setiembre de 1922 en su casa, la casona esquinera ubicada en la calle 6a con carrera 12 (hoy calle 37 con carrera 17), había dejado el legado de haber fundado la fábrica de pastas alimenticias La Italiana, que pasó luego a convertirse en las famosas Pastas Gavassa, uno de los símbolos sobrevivientes de la comarca santandereana. También había fundado en Pamplona una fábrica de cigarros a la que le puso un nombre que denota aquella natural inclinación que tenía de exaltar los más caros valores que entonces dignificaban a nuestra sociedad: Fábrica de Cigarros La Honradez.
Pero, además, Quintilio Gavassa Mibelli nos dejó un legado que habría de permitirnos a las nuevas generaciones de bumangueses aproximarnos a la visión de cómo era Bucaramanga en aquellos remotos tiempos. Ese legado no fue otro que la inconmensurable riqueza de sus fotografías.
Sí: de sus fotografías. Porque Quintilio Gavassa Mibelli fue fotógrafo. Y no cualquiera, sino un fotógrafo culto, un hombre serio y decente, que enalteció con su presencia los salones aristocráticos del Club del Comercio de aquellos años, pero que también tuvo la perspectiva histórica de retratar con su cámara la sencillez de nuestras calles, de nuestros parques, de nuestro pueblo, de nuestra gente de aquella época, y dejar así para la posteridad las imágenes de la Bucaramanga de ruana y sombrero en cuyas calles discurría su existencia de extranjero afincado en tierra lejana, una tierra donde finalmente había echado raíces y en la que había construido los cimientos de la que sería una gran familia santandereana.
Fotografía Gavassa se llamaba su empresa. Y gracias a su cámara inquieta, y pese a las limitaciones técnicas de una época en la que tomarse un retrato no era cosa de poca monta, porque tanto el fotógrafo como quien se retrataba tenían que contar con la virtud que hizo famoso al Santo Job, pudimos nosotros, los que por fortuna fuimos capaces de entender que Bucaramanga no nació anoche, ni que se dio por generación espontánea, y por eso abrazamos la Historia como parte de nuestra formación personal, aproximarnos al villorrio de esos días, y hoy nos alegra haber podido imaginarnos el devenir de nuestra comarca y conocer de cerca los rostros de quienes nos precedieron en la construcción de los destinos de nuestra ciudad natal y trajeron aquí tantas maravillas de las que disfrutaba el mundo civilizado, desde la luz eléctrica hasta el adelanto del acueducto, desde la alegría de las notas musicales tocadas por una orquesta hasta la maravilla del agua sólida, desde el primer automóvil hasta el reemplazo de las calles empedradas por la modernidad de la brea y el asfalto.
Mas, como lo anotamos en nuestro libro Historia de Bucaramanga, “Edmundo Gavassa Villamizar será quien conservará y difundirá para la posteridad el rico legado fotográfico dejado por su abuelo, Quintilio Gavassa Mibelli, gracias al cual las nuevas generaciones de bumangueses pudimos conocer lo que fue nuestra ciudad en aquellos años remotos e irrepetibles. El espíritu visionario y culto de Quintilio Gavassa permitirá la captura de hermosas escenas que con el paso de los años habrán de constituir las únicas referencias posibles que el inexorable paso de la historia nos permitirá conocer de esta tierra. Pero ello no hubiese sido posible de no ser por el amor de su nieto Edmundo hacia la Historia y la ausencia de mezquindad con que obró al dejar al conocimiento público lo que, de otro modo, no habría pasado de ser un tesoro privado de su familia, apenas conocible por sus allegados” (Historia de Bucaramanga, 2009, p. 210).
Don Edmundo Gavassa Villamizar nació en Bucaramanga “el jueves 25 de enero de 1940, en el hogar formado por Rafael Gavassa Villamizar y Beatriz Villamizar Bautista” (Gómez, ob. cit., loc. cit.). Fue -en la década de los años 60- redactor de la página internacional de El Tiempo, de Bogotá. En la actualidad es Miembro del Colegio de Periodistas de Bogotá (CPB). En su trasegar como periodista e historiador, ha publicado numerosos libros, siempre en procura de que nuestro devenir no quede sepultado por el polvo del olvido. Así, por ejemplo, su primera obra, Fotografía italiana de Quintilio Gavassa (Papelería América Editorial, Bucaramanga, 1982), recoge imágenes de la vieja Bucaramanga, complementadas con valiosos textos informativos complementarios.
Pues bien: fiel a esa línea de conducta, mañana jueves 27 de abril de 2017, en acto solemne que se llevará a cabo en la Casa de Bolívar, sede de la Academia de Historia de Santander, a las 6:30 de la tarde, el cual estará presidido por don Miguel José Pinilla Gutiérrez, presidente de la augusta institución, don Edmundo Gavassa Villamizar, quien funge desde hace largos años como columnista del diario Vanguardia Liberal, enriquece una vez más la bibliografía santandereana con la presentación de un nuevo libro de su autoría. Esta vez exalta la memoria de los facultativos que hicieron y siguen escribiendo con sus vidas la historia de la Medicina en este nuestro terruño después de haber un día pronunciado, con la emoción del graduando, el Juramento Hipocrático.
El nuevo libro del inquieto periodista e historiador, titulado La Salud en Bucaramanga. Reseña Histórica, será presentado por don Fabio Torres Barrera, Miembro de Número de la Academia de Historia de Santander, entidad de la cual el autor también es Miembro de Número y a la que ha presidido en varias oportunidades.
¡Felicitaciones, don Edmundo! Usted sabe que por aquí se le estima, se le admira y se le respeta.
Mesa de las Tempestades, Área Metropolitana de Bucaramanga, miércoles 26 de abril de 2017
Quintilio Gavassa Mibelli, hijo de Antonio Gavassa y Elena Mibelli, casó con ANA DELINA VILLAMIZAR VARGAS y uno de sus hijos se llamó QUINTILIO ROMÁN ANTONIO GAVASSA VILLAMIZAR, nacido el 1 de Abril de 1906 en Bucaramanga y casó con ISOLINA ORDUZ CUBILLOS el 27 de Agosto de 1955 en Bucaramanga; fue el FOTÓGRAFO que engalanó la historia de Santander a través de sus hermosas Fotografías.
Excelente registro histórico que Don Edmundo nos va dejando; me encantaría conocerlo y poder saber un poco mas sobre por donde ingresaron los italianos a Colombia, pues ni en el Archivo General de la Nación, he podido encontrar nada sobre mi bisabuelo.
Incluso ya me estuvieron averiguando en Italia, a ver si consigo su partida de nacimiento, pero no se donde o si existirá un registro de llegadas al país. Ademas con el animo de no perder nuestras raíces italianas.
Me gustaría hablar sobre mis antepasados Pieruccini Geovanetti. El bisabuelo de mi esposo nació en Lucignana Lucca, de padres Juan Bautista Pieruccini y Eleonora Geovanetti. Vinieron a Guatemala con otros hermanos, Ernesto, Fidel y Gregorio. Los demás hermanos viajaron a Colombia y Brasil.
Amarilis, excelente tema; llevo investigando sobre mis bisabuelos, que curiosamente el papá de mi bisabuelo TELÉSFORO PIERUCCINI, hijo de Juan Bautista Pieruccini y su esposa Eleonora (o Eliodora) Giovanetti (o Giorante) aparece diferente escrito en las partidas de bautizo tanto de mi abuelo como los tíos abuelos.Mi email es mpvillarreal@gmail.com Me encantaría hablar con usted.
“LA SALUD EN BUCARAMANGA”,(Reseña Histórica). A la mano y en su oficina he recibido la última obra escrita del periodista y escritor don Edmundo Gavassa Villamizar, el hombre que conoce y sabe historia de Bucaramanga, Santander y Colombia.
El volumen en mención es una edición de lujo que contiene datos históricos de la medicina y galenos que se han destacado en Bucaramanga, Piedecuesta, Girón, Floridablanca y el departamento de Santander. Nos emociona y nos alegra que en sus páginas están registrados varios parientes, paisanos y amigos que le han servido desinteresadamente a la medicina regional y con sus servicios humanitarios en su tiempo lograron salvar muchas vidas y dar salud.
Felicitaciones muy sinceras al autor de este compendio que va a engrandecer y enriquecer la producción bibliográfica y la cultura santandereana.
Mi estimado doctor, efectivamente en el día de hoy con mucho honor y complacencia vamos a acompañar a don Edmundo en el lanzamiento de un nuevo volumen que trae a nuestra memoria la vida de los muchos eméritos galenos que le prestaron innumerables servicios a la salud de ésta, nuestra querida tierra santandereana. Y más es mi complacencia cuando en sus páginas se registra la contribución de mi abuelo materno Dr. José Joaquín Azula y de mi padre Dr. Efraín Mantilla Pedraza.
Un abrazo
Efraín Mantilla Azula
Sinceras felicitaciones para Edmundo por su nueva publicación LA SALUD EN BUCARAMANGA. Tengo por Edmundo una gran consideración y respeto y también de agradecimiento por cuanto fue él quien me presentó como Miembro Correspondiente de la Academia de Santander y en su libro QUIÉN ES QUIÉN EN SANTANDER incluyó mi nombre por su excesiva gentileza.
De Edmundo conservo su publicación UN CENTENARIO ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS 1888-1988 con mucho afecto por cuanto esta Escuela en los años 40 se convirtió en el Instituto Industrial Dámaso Zapata del cual egresé en 1950.
Con toda seguridad que Edmundo nos deleitará con el recuerdo de los médicos bumangueses y santandereanos que ejercieron la medicina con dedicación y cumplimiento como Rafael Ardila, Fidel Rey, Mario Acevedo Díaz, Hernando Sorzano y tantos otros cuyos nombres se me escapan.
Felicitaciones a Edmundo y el deseo sincero de muchos éxitos y larga vida para que nos siga deleitando con sus publicaciones que entrañan la nativa tierra.