“Se puso el café a cuarenta”
Mi madre entonces decía
Si más difícil se hacía
Sobrellevar la tormenta.
De aquello yo me di cuenta
Una mañana en el Tía,
Pues un letrero advertía
Del grano el precio de venta.
Hoy al saber, asombrado,
Que el día final te ha llegado,
Con mi pañuelo en el viento
Quisiera, Tía, despedirte,
Y con nostalgia decirte
Tu cierre cuánto lo siento.
FOTOGRAFÍA: El almacén TÍA, de Bucaramanga, en los años 60