Desde la orilla del desencanto
Miro la vida pasar de largo,
A los vecinos que saludaba
Cuando aún vivía en su mismo barrio;
A las mujeres que me decían
Que me querían y hoy me olvidaron,
A los amigos que ayer tenía
Y hoy no sonríen si cerca paso;
Desde la orilla del desencanto
Miro mis sueños agonizando.
Desde la orilla del desencanto
Oigo a los mismos que me adularon
Decir ahora que no recuerdan,
Que los recuerdos se les borraron,
Miro marchitos los ideales,
Las duras luchas que se libraron,
Las mil batallas que se perdieron
Y a los guerreros ya fatigados.
Desde la orilla del desencanto
Veo que a mi gente le soy extraño,
Que solo hay tiempo para la prisa,
Que solo hay prisa para lo fatuo;
Desde la orilla del desencanto
En mi equipaje ya nada traigo.
Pero aunque todo huela a derrota,
Que las virtudes ya sean pasado,
En son de triunfo alzo mi frente,
En son de triunfo alzo mis brazos,
En son de triunfo alzo mi copa,
En son de triunfo mi voz levanto,
Pues tengo el alma sin un recuerdo,
Sin una mancha que me haga daño,
Y puedo ahora sin sentir pena
Por donde quiera vestir de blanco.
