Recordarte es evocar tiempos lejanos,
Ubicarte en nuestra edad de primavera,
Transportarme y revivir la vez primera,
Hilvanar recuerdos viejos con mis manos.
Es tener el gran placer de ser hermanos,
Saludarte, como ayer, sobre la acera,
Troquelar tu imagen joven que me espera,
Hoy poder volver a verte si quisiera,
Entender que no serás una quimera,
Revelarte, como antes, mis arcanos.
Memorarte es volver a aquella esquina
En la cual te conocí, bella y altiva,
Navegar entre mis sueños, verte activa,
Enseñarte la canción que te fascina;
Silenciar este dolor que me has dejado,
Entender que en ti no todo ha terminado,
Seguir siendo yo tu amigo mientras viva.
Óscar Humberto Gómez Gómez
Lurtigen, cantón de Murten, Suiza, Sábado Santo del 2019
Oscar Humberto: Me acabo de enterar de que perdiste una gran amiga, un ser muy querido. Lindo tu homenaje. Lamento profundamente su desaparición. Paz en su tumba.
Quiero sumarme a la admiración por tan diciente y sentido acróstico. Y también anunciarles que para la próxima semana el programa “Álbum Musical de Colombia”, que se emite por la Emisora Cultural Luis Carlos Galán Sarmiento -100.7 FM- desde hace 26 años, con la dirección de su servidor, en el horario de 12 del medio día a dos de la tarde, tendrá como invitado especial al doctor Óscar Humberto. La invitación está motivada, a propósito de la publicación de este acróstico, en la importancia que tiene el rescate de valores que, como la amistad, la sociedad está dejando a un costado, con las marcadas consecuencias del deterioro moral y social que sufre la patria.
Muchas gracias a Víctor Suárez y también a todas las personas que me han expresado su solidaridad en este duelo (que no otra cosa ha significado para mí la pérdida irreparable de esta extraordinaria amiga).
La verdadera amistad dura para siempre. Hermosas letras.
Volví a leerlo. Son muy sentidas las palabras. Sinceras.
Muy grato recobrar nuevamente sus ilustres líneas.
Xenia
Oscar, muy sentidas sus palabras dedicadas a su vecina en el Acróstico.
Guillermo
Romántico y profundo acróstico. Aplausos y bendiciones. Muchas gracias por compartir tan hermosas líneas.
María Ruth Díaz Enciso
Felicitaciones por tan excelente acróstico; solidaridad para quienes como amigos, seres queridos y familia, se despiden de un ser amado.
Qué hermoso acróstico. Qué alegría: siempre tu pluma, tu palabra -oral y escrita- es enseñanza y sentimiento. Felicitaciones.
Bello.
Entiendo el sentir: al perder a una buena amistad quedamos como en orfandad, ya que una verdadera amistad es sinónimo de confianza en nuestras cuitas, incluso a veces mucho más que en un hermano o en un familiar.
Saludos, soy la sobrina de Ruth Esther Meneses y agradezco muchísimo el detalle de escribir en memoria de ella. Es muy bello saber que quienes le tenían aprecio la recuerden con cariño.
Muchas gracias.
Don Óscar: muchas gracias por ese homenaje; un poema muy hermoso y muy triste a la vez para mí; en él se refleja el cariño que usted le tenía a mi mamá.
Sergio Alejandro: Gracias a ti por tus palabras y por haberme dado la noticia, como me escribiste, “cogiendo fuerzas para hacerlo”. Lo que me expresaste en tu primer mensaje en el sentido de que “usted le tenía mucho cariño y ella también a usted”, proviniendo de ti, su único hijo, me conmovió profundamente. Y sí, en efecto, ese sentimiento se mantuvo —como te lo escribí al responderte— a lo largo de muchos años, desde nuestra lejana juventud, en la que fuimos vecinos, cuñados y amigos. Como te lo manifesté, son numerosos los recuerdos que hoy afloran a mi memoria y es enorme la nostalgia que embarga mi alma al enterarme de su partida. No puedo menos que evocarla joven, hermosa, con el uniforme de colegiala de la Escuela Normal Nacional de Señoritas, y yo acercándome a ella, tímido, para saludarla por primera vez.
Como te escribí en aquel primer mensaje de respuesta, tú quedas representándola, Sergio, y sé que lo harás con la dignidad y los méritos suficientes para perpetuar por siempre su imagen de mujer excelsa: una mujer sencilla, honesta, culta, inteligente, trabajadora y responsable, además, por supuesto, de bella; una maestra, una madre y una amiga que supo honrar el magisterio, la maternidad y la amistad con creces; una dama en toda la extensión del vocablo, a la que me honra haber conocido.
Te mando un abrazo y que Dios te bendiga e insufle en tu corazón atribulado una buena dosis de esperanza.
Ah, y te agradecería que me quitaras el “don”; llámame Óscar, como ella me llamaba.
Qué hermoso acróstico. Un alma que saluda a otra alma. Muy bello.