CARTA ABIERTA AL SEÑOR DIRECTOR DE “EL ESPECTADOR”. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia.

ÓSCAR HUMBERTO GÓMEZ GÓMEZ (Fotografía: Nylse Blackburn Moreno).

 

Señor Director:

Acudo a la proverbial gallardía de El Espectador para solicitar la rectificación de un informe del cual, por infortunio, solo hasta ahora acabo de enterarme.

Se trata de la aseveración que hace ese matutino —tan cercano al afecto de los colombianos de bien— según la cual yo compuse la canción “El campesino embejucao”, pero Jorge Velosa la acomodó al aire de “carranga”, afirmación que respalda con un video en el que se pone a sonar el disco, supuestamente cantado por él, con el agravante de que en el título de la nota se le atribuye su autoría sin ambages (“El campesino embejucao. Jorge Velosa), generando finalmente una información ambigua, imprecisa e inexacta.

No, Señor Director:

La voz que se escucha en el video es la mía, que, por cierto, no se parece en nada a la de él.

Ese tema fue grabado desde un comienzo así como se oye, y así como se oye fue que empezó a sonar, y como sonó siempre, en las radiodifusoras: con requinto, tiple, guitarra y guacharaca.

Jorge Velosa jamás lo grabó, ni tuvo la más mínima participación en la producción del disco.

Permítame, Señor Director, abusando de su amabilidad, presentarle el contexto de lo que ha venido sucediendo al respecto.

“El campesino embejucao”, Señor Director, es un bambuco guasca (así lo bauticé y así aparece en la carátula del CD) que compuse en el año 2000, grabé en el 2001 y prensé, bajo mi sello disquero personal “PaulAlejandra” —fusión del nombre de mis dos niñas— en el 2002.

Pero, además, “El Campesino Embejucao” es un personaje artístico creado por mí y al que puse a fungir como el verdadero intérprete de esa canción y de las demás canciones que grabé y que obran en la serie discográfica del mismo nombre, esto es, “El campesino embejucao volumen 1”, “El campesino embejucao volumen 2”, “El campesino embejucao volumen 3”, etcétera, todas ellas de mi modesta autoría.

(Por cierto, en el volumen 6 incluí mi bambuco “EN LA FERIA DE LAS FLORES”, que compuse en homenaje a la hidalga ciudad de Medellín como manifestación de gratitud por la manera tan hospitalaria como fui atendido durante mi corta permanencia en ella a raíz de mi presentación en aquel certamen cultural, de tanta significación para el hermano pueblo antioqueño).

Pero, más allá de lo anterior, es decir, rebasando el mero mundillo discográfico, alrededor de la imagen humilde de “El campesino embejucao”, y con la observancia del mayor respeto hacia la figura del campesino colombiano, empecé a construir lo que aspiraba que fuera todo un proyecto cultural, proyecto que alcanzó a comprender caricaturas, afiches, calcomanías, etcétera, y con el cual traté de contribuir, desde la música, a la defensa de nuestra identidad cultural y al conocimiento de nuestra historia. Lamentablemente, mi cada vez más asfixiante falta de tiempo, derivada de las crecientes dificultades de mi trabajo profesional de abogado (por razones que resultaría fatigoso abordar aquí), me imposibilitó seguir adelante con él.

Aprovechándose de la ingenuidad de las gentes sencillas de nuestros pueblos y de nuestros campos, y de que, debido a mi trabajo, yo no podía atender las presentaciones que en diversos lugares de la geografía nacional se me ofrecían y por ello mi imagen no era conocida, sujetos sin escrúpulos comenzaron a presentarse vestidos con mi atuendo, previa la firma de contratos con alcaldías, parroquias, comités, etcétera, en lugares como Paipa, Coromoro, Ocamonte, Capitanejo, Cúcuta, Cite, Villa de Leiva, Barrancabermeja, Aguazul, Cubará, y un largo etcétera, hasta que casualmente, y en desarrollo de unos hechos que tampoco resulta pertinente relatar aquí, vino a descubrirse esa patraña en Saravena, Arauca, tal y como en su momento lo dio a conocer al aire el entonces director de la emisora La Vallenata, de Caracol Bucaramanga, Julio César Galvis, a quien se le conocía —y se le seguirá conociendo por siempre— como el Emperador.

Igualmente, y por razones muy similares, en diversos sitios de Internet se le empezó a atribuir mi canción a Jorge Velosa hasta llegar a la nota de El Espectador que motiva esta carta, previa a la cual —varios años antes— se dio una publicada por el diario El Mundo, de Medellín, periódico que, en su sitio virtual, a continuación de una entrevista con él, insertó la letra de “su” canción “El campesino embejucao”, así como también contribuyó a aumentar la confusión la página oficial de la Alcaldía de Bogotá que, en anuncio recientemente retirado de la Red, invitaba a una presentación artística para niños —de unas marionetas llamadas “Don Eloy”— dentro de la cual se dramatizaría “El campesino embejucao” de “Jorge Velosa” (sic).

Atrapado por mis responsabilidades profesionales para con las viudas, los huérfanos, los mutilados por las minas antipersonales y, en fin, las víctimas y los damnificados que un día me confiaron la defensa de sus causas ante los estrados judiciales -labor con la que me aproximo a los 40 años de ejercicio inmaculado del derecho-, fui postergando el inicio de mi lucha por la defensa de mis derechos de autor (también, dicho sea de paso, ultrajados por una abrumadora piratería discográfica, que el Estado permitió) hasta que, a la postre, todo terminó quedándose en meros planes jamás ejecutados.

Mantengo abierto, sí, desde hace ya varios años, mi blog y es desde él —y con las limitaciones enormes que tiene el actuar desde la provincia colombiana y no desde la capital de la República— que sigo defendiendo, en solitario por supuesto, lo que desde la discografía y los escenarios defendí con “El campesino embejucao”. A él, valga el paréntesis, se puede ingresar por: oscarhumbertogomez.com, o por santanderenlared.com, o por
el campesinoembejucao.com

En otras palabras, Señor Director, “El campesino embejucao” ni es de la autoría de Jorge Velosa, ni él lo grabó, y, por consiguiente, la voz que se oye en el disco no es la de él. “El campesino embejucao” es de mi autoría, con él ingresé a SAYCO, y además fui yo quien lo grabó y, por consiguiente, la voz que se ha oído siempre, desde su aparición a finales del año 2001, cuando las emisoras empezaron a pasarlo al aire (sin siquiera haberse grabado aún CD alguno) es la mía. Es curioso, por decir lo menos, que en los llamados foros de Internet, hay quienes dicen que no importa de quién sea.

Claro que en un país donde no se respeta el derecho a la vida, ni el derecho a la libertad de expresión, ni el derecho a nada, debo darme por bien servido de que solo me hayan irrespetado mis derechos de autor.

Dejo a su consideración, pues, estas líneas para los fines que el Señor Director estime pertinentes.

Por lo demás, la veracidad de las mismas puede ser corroborada con numerosas fuentes, mismas que le suministraré a El Espectador si me las exige. Por ahora, permítame mencionarle como potenciales fuentes a la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (SAYCO) y a personalidades de la radio y la prensa como don Fernando Ardila Plata, gerente regional de RCN, el periodista Juan Carlos Ordóñez. director regional de Caracol, el periodista e historiador Alberto Donadio, el director del diario El Frente, de Bucaramanga, y gerente-propietario de Radio Lengerke, de Zapatoca, y de la Emisora José Antonio Galán, del Socorro, Rafael Serrano Prada, o el locutor Víctor Suárez, de la Emisora Cultural Luis Carlos Galán Sarmiento, director del programa institucional Álbum Musical de Colombia, así como también a personalidades del mundo institucional como el ex Fiscal General de la Nación Alfonso Valdivieso Sarmiento —y su familia, agrego— o el ex Procurador General de la Nación Alejandro Ordóñez Maldonado, o a figuras estelares del mundo artístico como la banda de rock Monsieur Periné o el maestro Pedro Nel Martínez, para mencionar al azar solo algunas fuentes inconexas entre sí y, como usted puede observar, hasta opuestas.

Con todo respeto, admiración y aprecio,

OSCAR HUMBERTO GÓMEZ GÓMEZ
Carné 3269 de Sayco

https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/seis-canciones-contra-la-violencia-en-colombia-articulo-857515

ADENDA:

https://www.elmundo.com/portal/resultados/detalles/?idx=177436

¡Gracias por compartirla!
Esta entrada fue publicada en Música, Periodismo. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *