Nuestro portal se une al sentimiento de duelo que embarga a los amantes del circo por la lamentable tragedia ocurrida en la noche del sábado en Las Vegas / Estados Unidos durante la luminosa presentación del Cirque du Solei (Circo del Sol). En efecto, y a sus escasos 31 años de edad, acaba de morir la artista francesa Sarah Guyard-Guillot al caer desde una altura de 15 metros en momentos en que culminaba su presentación de acróbata del admirado espectáculo circense.
Como se sabe, el Cirque du Solei (Circo del Sol), fundado en 1984 en Montreal / Canadá por un grupo de artistas callejeros, decidió prescindir de los animales en cautiverio como parte de la fiesta circense y es puesto como ejemplo, por los defensores de animales, de lo que debe ser el futuro del circo en el mundo.
Sarah Guyard-Guillot deja a dos hijos en la orfandad.
La artista, oriunda de París, pertenecía al mundo de la acrobacia desde que era una niña.
Al momento del infausto accidente, un grupo de acróbatas del cual formaba parte Sarah, y quienes presentaban el número denominado “KÀ”, ascendía por un plano vertical sujeto cada uno a un arnés de seguridad, dando a los asistentes -gracias al juego de luces y sombras- la ilusión óptica de hacerlo sin apoyo logístico alguno. Desgraciadamente, el arnés de la artista parisina se soltó y Sarah cayó al vacío.
KÂ es un espectáculo de fantasía que el circo venía ofreciendo en Las Vegas. A partir de un precioso juego de luces proyectado sobre una gran plataforma giratoria, los acróbatas del Cirque du Solei representan diversos actos relacionados por el hilo conductor de una historia fantástica, acompañados para ello por una música que le da a la presentación un aire de fascinante esplendor y especial hermosura.
“KÀ” es un vocablo de la mitología egipcia que significa “fuerza vital” y es uno de los componentes del principio inmortal de la vida, unido al cuerpo del faraón y prodigado por este a los demás.
El bello espectáculo ha quedado suspendido.
Sarah Guyard-Guillot se suma a los artistas que han perdido la vida en la ininterrumpida búsqueda de hacer menos dura la existencia, generar en los demás una visión mágica del mundo y, por supuesto, arrancarle al género humano la iluminada fugacidad de una sonrisa.
Un minuto de silencio en su memoria y que su temprana y lamentable muerte sirva para que, a pesar de los reveses de la adversidad y en medio de las arideces cotidianas, continúen sobreviviendo la fantasía, la inocencia y la esperanza.