Desde que era niño he oído hablar de María Magdalena.
He escuchado decir que fue aquella mujer que derramó un perfume muy fino en los pies de Jesús y con esa actuación despertó severas críticas entre los presentes, incluidas las del apóstol Judas Iscariote.
He oído así mismo decir que fue aquella mujer sorprendida en adulterio y que iba a ser apedreada, pero Jesús lo impidió al pedir que aquel que estuviera libre de pecado tirara la primera piedra.
He oído decir también que era prostituta, pero que luego de acercarse a la predicación de Jesús se arrepintió de la vida que llevaba y optó por hacerse discípula suya.
Igualmente he escuchado decir que fue la novia de Jesús. Otros dicen que no solo la novia, sino su amante. Algunos que apuntan en la misma dirección, pero con un criterio más formal, aseveran que fue su esposa, esto es, que Jesús se casó con ella.
Pero, ¿qué de todo esto es cierto?
¿De dónde salieron esos comentarios?
¿Quién fue realmente María Magdalena?
¿Por qué se le llamaba Magdalena?
¿Fue la mujer que derramó aquel costoso perfume en los pies de Jesús?
¿Fue la mujer adúltera que iba a ser apedreada?
¿Fue una prostituta arrepentida?
¿Fue la novia, la amante o la esposa de Jesús?
Empero, no son estas las únicas preguntas que han surgido alrededor de este personaje. En efecto, hay más interrogantes:
¿Es la misma María hermana de Lázaro, el amigo de Jesús a quien este resucitó?
¿Es verdad que era una mujer adinerada y que sostenía los gastos de la naciente iglesia cristiana?
¿Es la misma María madre de José de Arimatea, el judío adinerado que se presenta ante Poncio Pilato para pedirle su autorización a fin de trasladar el cuerpo sin vida de Jesús al sepulcro de su propiedad?
¿Es cierto que ungió el cuerpo sin vida de Jesús en el sepulcro?
¿Es verdad que fue ella la primera persona a quien se le presentó Jesús resucitado?
¿Es cierto que fue ella quien les informó a los apóstoles la resurrección de Jesús?
Y si es así, ¿qué significado tiene, entonces, el hecho de que, luego de su resurrección, Jesús no se le presente primero a Pedro, el jefe de su Iglesia, sino a María Magdalena?
Pero las inquietudes siguen:
¿A dónde fue a parar María Magdalena después de la ascensión de Jesús al Cielo y dónde y cuándo murió?
¿Dónde se conservan los restos mortales de María Magdalena?
¿Es María Magdalena una santa de la Iglesia Católica?
¿Es cierto que existe un Evangelio según María Magdalena?
¿Cuál fue, finalmente, la importancia de María Magdalena en el nacimiento del cristianismo?
¿Por qué no se le dio a María Magdalena el lugar preponderante que merecía dentro de la nueva Iglesia fundada por Jesucristo?
¿En qué posición se encuentra hoy en día María Magdalena dentro del cristianismo?
¿Quién es y qué representa María Magdalena dentro de los grupos feministas que luchan por la dignificación de la mujer en la sociedad y el reconocimiento de sus derechos?
Comencemos por definir los vocablos utilizados en el título:
“INVISIBILIZAR” es, según el Diccionario de la Real Academia (DRAE), “Hacer invisible algo o a alguien”
“ARRAIGAR” es, de acuerdo con el Diccionario Histórico de la Lengua Española, acepciones primera, tercera y cuarta: “1. Hacer echar raíces” (…) “3. Establecer, fijar firmemente una cosa”. “4. Hacerse muy firme y difícil de extinguir un afecto, virtud, vicio, uso o costumbre”.
“DISTORSIÓN” es, a la luz del Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, en su tercera acepción, “3 Deformación de la realidad, (…) al informar sobre un hecho, (…)”.
Caben aquí unas reflexiones previas:
¿Fueron tanto la invisibilización de una mujer que merecía un sitio de honor en la historia como el arraigo social de una imagen distorsionada de ella formas de violencia de género – no físicas – perpetuadas a través de los siglos?
¿Vamos como sociedad hacia la reivindicación histórica de María Magdalena?
¿Vamos como sociedad hacia la reivindicación histórica de la mujer?
¿Está tomando parte la mujer en el proceso de su propia reivindicación histórica?
¿Qué tanto conoce la mujer cristiana actual de María Magdalena?
(CONTINUARÁ)
ILUSTRACIÓN: “Noli me tangere”. 1525. Correggio. Museo Nacional del Prado. Madrid, España.
ÓSCAR HUMBERTO GÓMEZ GÓMEZ: Miembro de la Academia de Historia de Santander y del Colegio Nacional de Periodistas (CNP).
