Aquí está la noticia a la disposición de ustedes. No andábamos, entonces, descaminados cuando afirmábamos que el vallenato, el folclor vallenato, el único vallenato que existe, contrariamente a lo que parecía, estaba en peligro de extinción.
Den, por favor, clic izquierdo encima del siguiente enlace:
Después de este “descubrimiento”, la gran pregunta es: ¿será que al Ministerio de Cultura se le olvidó que toda Colombia no es costeña, y que existe una Colombia Andina?
Y de esa gran pregunta se desprenden muchas otras:
¿Sabrán los distinguidos burócratas del Ministerio de Cultura que desde el nacimiento de este país el bambuco fue siempre el aire nacional por excelencia?
¿Habrán oído -se lo habrá recordado el Ministerio de Defensa- que en la Batalla de Ayacucho la banda del ejército patriota animó a los guerreros colombianos, a los que morían por esta Patria amnésica, tocando bambucos?
¿Habrán oído hablar, por casualidad, de la famosa poesía de Rafael Pombo sobre el bambuco?
¿Habrán escuchado hablar, por ventura, de la célebre poesía de Aurelio Martínez Mutis sobre el pasillo?
¿Sabrán qué es una guabina?
¿Tendrán conocimiento de que el tiple existe?
Y a continuación emergen otras preguntas:
¿No se han dado cuenta de que también la música andina tradicional de Colombia está en gravísimo riesgo de extinción?
Y si ya se dieron cuenta de esa evidencia, la pregunta es, entonces, la siguiente:
¿Ya declararon al bambuco, al pasillo y a la guabina patrimonio cultural inmaterial de Colombia?
¿Y al tiple, lo declararon qué?
¿Qué está haciendo el Ministerio de Cultura para preservar estas riquezas culturales inmateriales de la Colombia Andina?
Y hay más preguntas:
¿Será que así como se aspira a que la niñez y la juventud de la Colombia Andina conozcan el vallenato, se está trabajando para que también la niñez y la juventud vallenata conozcan la música andina de su país?
Y hay otras preguntas:
¿Qué está sucediendo con esa otra riqueza cultural colombiana que es la música llanera?
¿En qué momento en las escuelas y colegios se dejaron de cantar el Galerón Llanero, y Carmentea, y Ay sí sí, y Caminito verde, y Alma Llanera?
¿En qué momento, en fin, la música folclórica de esta nación empezó a servir, no para contribuir a unirla, sino para contribuir a parcelarla?
