Que he de irme en un avión con rumbo a Suiza
y que en Andorra he de atisbar los Pirineos,
que en Italia sí sabré dónde hay ateos,
aunque en la Plaza de San Pedro asista a misa.
Que en la Torre Inclinada que hay en Pisa
conoceré a unos cuantos Galileos,
que en La Scala de Milán oiré solfeos
y que en París conoceré a la Mona Lisa.
Que por España pasearé sin ir de prisa,
que en Inglaterra extrañaré lo que es la risa
y entenderé que por allá no hay sitios feos.
Que en Holanda observaré cómo la brisa
mueve molinos mientras el reloj me avisa
que hay que volver porque del tiempo aún somos reos.