Hubo un cuerpo nacional de policía
que el tráfico en las calles regulaba
y así bajo la ley se circulaba
sin atascos, desorden, ni anarquía.
Hoy de esa autoridad que ayer había
ya no queda absolutamente nada
y de aquella ciudad organizada
solo existe tal cual fotografía.
Al verte por el caos dominada,
por el ruido y el esmog contaminada,
yo quisiera preguntarte, ciudad mía:
¿será que tus hijos no harán nada
por lograr que al fin venzas, tierra amada,
al corrupto y a la politiquería?
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¡Ah tiempos aquellos…!