LA KAKISTOCRACIA. Por Manuel Enrique Rey.

Manuel-EnriqueEl más temible oxímoron político que pueda sufrir una nación consiste en propugnar y afirmar que lo mejor que pueda sucederle a una democracia consista en que el poder político sea ejercido por los peores ciudadanos (kakistocracia), creer que la democracia cuando es ejercitada con una sola ideología no debiera ser alterna sino eterna, etc. Afirmar que una poderosa democracia se logra debilitando la soberanía popular, estableciéndola con su antípoda: el totalitarismo.

Una vez obtenido el poder por la vía democrática, el kakistócrata utiliza la misma vía pero prostituida, precisamente para perpetuarse y lograr lo que la democracia no establece ni teóricamente permite: concentrar poder, destruir o concentrar los órganos legislativo y judicial en el ejecutivo, fortalecer el partido de gobierno una vez se logra poder; corromper y hacer trampa electoral para su permanencia, favorecer y establecer prebendas para lograr adeptos no necesariamente comprometidos ideológicamente, etc.

La democracia, lamentablemente, en su amplitud permite, precisamente por su misma liberalidad, concentrar poder, acabar con el pensamiento liberal como parte de su implementación filosófica. Ciudadanos de muchos países en todas las latitudes y altitudes planetarias, con solastalgia aceptan confundidos, el potencial advenimiento de una nueva etimología poderdante llamada kakistocracia, del griego kákistos (pésimo, el peor de todos) y krátos (fuerza, poder), u “oclocracia”, siendo su significado el gobierno de los peores, de la muchedumbre; nunca de los mejores (aristocracia) como es lo deseado.

A los demócratas no nos queda otra escogencia: o se logra una gran coalición del pensamiento multipartidista como la mejor forma de gobierno -preferiblemente bipartidista de amplio espectro- o un pacto de los por siempre perdedores -generalmente totalitarios- tarde que temprano reemplazará la democracia. Importante, y de eso no cabe duda, el liberalismo en su concepción ideológica basa su economía en una de mercado basada en la libertad de empresa y el capitalismo democrático, un capitalismo privado, disociado del poder político pero asociado al estado de derecho.

Nada de aceptar irresponsablemente propuestas que tarde que temprano nos conduzcan a totalitarismos de estado a saber: vivir sin trabajar; alcanzar, por un cambio de gobierno, niveles nórdicos en calidad de vida sin generamiento de riqueza ni fomentación de la libre iniciativa; apoyar propuestas provenientes de partidos u organizaciones extremistas inestables, guerreristas o guerrilleras; dejarse convencer de que sólo un extremismo logrará acabar el lastre de la corrupción inherente a la humanidad; creer a ciegas las estrategias comunicacionales centradas.

Los totalitarios kakistócratas despotrican del bipartidismo tradicional evolucionado; nos embelesan con el cuento de la soberanía popular, con la necesidad de reformar la constitución plebiscitariamente por mandato expreso de los omnímodos, tener que adaptar la historia a las conveniencias extremistas si queremos lograr la paz, etc.

FELIZ NAVIDAD OCLOCRÁTICA Y PRÓSPERO AÑO NUEVO Y VENIDEROS SIN KAKISTÓCRATAS.

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