Se insiste en llamar actriz
a la que apenas es puta,
con eso el cine se enluta
y el arte se hace infeliz.
Hoy se oculta con barniz
una moral disoluta,
y a falta de hoja de ruta,
bondad se ve en el desliz.
Del porno es emperatriz
cualquier vulgar meretriz
tetona, culona y bruta,
y nadie a mí me refuta
que la virtud anda enjuta
y agacha el bien la cerviz.