Torre de Babel que te erigiste
Un día desafiante y orgullosa,
Y luego, convertida en poca cosa,
En historia sin final te convertiste,
Que aquel humano orgullo que ayer viste,
Y dio contigo al traste, torre hermosa,
Mirándose en tu ruina desastrosa,
Aprenda del fracaso que sufriste.
Hoy que la humildad ya no subsiste,
Y no es sino soberbia lo que existe,
Quisiera revivir tu historia añosa,
Y hacer que toda lengua belicosa
Confúndase en amable y bondadosa,
Como un castigo actual, ya no tan triste.
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ILUSTRACIÓN: La torre de Babel (1563). Pieter Briegel el Viejo. (Bruegel, Países Bajos 1525 – Bélgica, Bruselas 1569). Museo de Historia del Arte. Viena, Austria.
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