Ahí está Ceferino,
En esa esquina de oriente,
Atendiendo a nueva gente
Y abriéndose otro camino.
Quizá su hablar campesino
o su vestir diferente
Le traiga el temor latente
De cuál será su destino.
No te angusties, Ceferino,
Es normal que un pueblerino
en esta urbe inclemente,
El temor tenga presente,
Pero el trabajo decente
Tiene el apoyo divino.