Sombra te di en el calor,
Y en el frío te di abrigo,
Fui solidario contigo
En tus horas de dolor.
Pero tú, depredador,
De la natura enemigo,
ingrato fuiste conmigo
Talándome sin amor.
Tú siempre me diste horror,
De mí tú fuiste el terror,
No quisiste ser mi amigo.
Hoy te inundas en sudor
Y ves al sol con rencor:
¡Tu sed será tu castigo!