Vendió a Jacob Esaú
La tal primogenitura,
¿Por qué no podías, caradura,
vender tus principios tú?
Hoy no respondes ni mu,
hoy exhibes tu blandura,
Y ríes aún, alma impura,
¡Ah, hijo de Belcebú!
¿Eres el mismo Mambrú,
El del pregón de cu cú,
El de la fiera bravura?
Pues es igual tu figura,
Parece igual la envoltura,
¡ Pero el león se hizo ñu !