¿Te sientes esclavo, preso y sin camino,
Sometido y atado a alguna causa,
Atribulado por el penumbroso destino,
Olvidado, por la pobreza, de una casta?
¿Anhelas hallar solución a tus enojos,
Una respuesta acertada a tus quejas?
¿Remedio a sufrimientos y a abrojos?
¿Cura a la herida del amor que dejas?
La panacea no la busques fuera de ti;
Escudriña en el interior de tu alma,
Descubre lo mejor que el ser tiene de sí
¡En la sensatez que suministra la calma!
Algún día sabrás que tu inquieta mente,
Quiere contar lo que tu corazón no pudo:
Cómo sentir amor u odio por la gente,
Sin vergüenza, reserva u otro escudo.
Ahí descubres el valor de la poesía,
su mensaje, pasión, pago y fantasía,
que te hace libre y te da sabiduría,
para vivir y trascender, con hidalguía.
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JOSÉ MANUEL GUARACAO GONZÁLEZ.— Abogado penalista santandereano.
