Viejo y triste cantor de serenatas:
Me apena tu guitarra desgastada,
La húmeda expresión de tu mirada
Y que ya no cantes hoy sin que te abatas.
Viejo alegre de ayer, los papanatas
Que te oyen sin que les merezcas nada
Son fulanos de conciencia almidonada
Que mañana habrán también de verse a gatas.
Ya no llores, viejo enfermo, tu abandono,
Sube el ánimo, maestro, baja el tono,
¿Para qué cantar tan alto sin oyentes?
Ajústate otra vez tus feos lentes,
Que vuelvan a reír tus pocos dientes,
¡Tú sigues siendo el rey: ocupa el trono!
[ILUSTRACIÓN: VIEJO GUITARRISTA. Pablo Picasso. 1903. Óleo sobre tabla. The Art Institute. Chicago, Illinois (USA). ]
!Hermoso!
Cruda realidad: todo pasa, terminamos olvidando a nuestros viejos hasta en nuestras familias; aún más triste: a los semejantes; por eso la gloria es vana.
Bastante melancólico dentro de lo bello.