Hoy, 16 de diciembre, comienza en el pueblo católico colombiano la tradicional Novena de Aguinaldos, que se prolongará hasta la noche de Navidad, el 24 de diciembre.
A lo largo de ella estaremos recordando las circunstancias que antecedieron el nacimiento de Jesús en Belén y los hechos que siguieron inmediatamente después.
Vuelve el protagonismo del pesebre, el arbolito de Navidad, los tres Reyes Magos, llamados según la tradición Melchor, Gaspar y Baltasar; los pastores, las ovejas, etcétera.
La representación del nacimiento de Jesús fue una creación del santo italiano Francisco de Asís.
También tendremos el protagonismo de los villancicos, cánticos elementales de espíritu infantil, denominados así por haberse originado entre los “villanos”, que contrariamente a lo que se considera hoy en día eran las gentes de las villas.
Aunque se han compuesto villancicos en diversas lenguas, entre los villancicos más tradicionales y representativos están, por supuesto, Tutaina, dentro del idioma español, y Noche de Paz, dentro del idioma alemán.
En Colombia, en la década de los años 60 se hicieron famosos, y siguen siéndolo aún hoy, los coros infantiles de Lía y Amparo Molina, cuyo disco sigue sonando en las casas católicas luego de que se reza la Novena y cuando se empieza a servir la copita de vino con galletas.
Hay un instrumento que también emerge por estos días: la pandereta. De niños, la construíamos a partir de un palo rústico y unas tapas de gaseosa machacadas.
Resucita, igualmente, por esta época el tradicional juego de los Aguinaldos. Dentro de la variada gama de posibilidades propia de este juego recordamos la “pajita en boca”, “preguntar y no contestar”, el “tres pies”, “la palmada”, el “sí o no”, etcétera. Estos juegos han tenido altibajos determinados por el criterio clasista que se les introdujo, ya que fueron considerados juegos propios del ignaro vulgo e impropios de las élites. Sin embargo, esa pretendida y tonta distinción fue cediendo el paso al espíritu navideño, que debe ser sencillo, y acabaron por jugar Aguinaldos los amigos o novios de cualquier estrato social, como, por demás, debe ser.
Por estas calendas vuelven las galletas, ya no tan coloridas como las de La Rosa en los años 60, aunque sobreviven las tradicionales galletas La Aurora, netamente santandereanas y la más deliciosa herencia que nos dejó la pasada generación de los Ordóñez.
La pólvora fue relegada exclusivamente a las manos de los pirotécnicos, debido a que el Estado encontró que constituía un enorme peligro, especialmente para la niñez, aunque el registro estadístico de los adultos quemados con pólvora es alto.
Se ha dicho que las únicas inofensivas eran las “chispitas mariposas”, llamadas también “fósforos de luces”. Nosotros también lo creíamos. Dejamos de creerlo luego de leer el relato de lo que le sucedió a Silvia Galvis, cuando era apenas una niña, con una de tales chispitas.
Ya suenan de nuevo Guillermo Buitrago, Tony Camargo y Los Falcons con “La víspera de año nuevo”, “El año viejo” y “Aquellos diciembres”.
Como el Poder Judicial sale a vacaciones, también salimos nosotros.
Para ustedes, la reiteración de nuestro aprecio.
¡Un especial saludo decembrino!
¡FELIZ NOVENA DE AGUINALDOS!
http://www.youtube.com/watch?v=zHxg73ppMbs&feature=results_video&playnext=1&list=PL1030C9EBFFCF615F
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