TARDE
(Poesía)
Una tarde cualquiera de diciembre
sorprendido descubrió que ya era tarde,
tarde para observar los arreboles,
el incendio de los cerros por las tardes,
pues hacía mucho tiempo que los cerros
no se veían desde ninguna parte;
tarde para compartir con los vecinos
la cálida amistad del tiempo de antes,
porque todos se encerraron tras las puertas
para escaparse de todos y de nadie;
tarde para el olor de los sarrapios,
pues cortaron sin piedad aquellos árboles,
y tarde para contemplar jardines,
para oler otra vez los cafetales,
porque a ambos los aplastó el asfalto
y la dureza insensible de las calles;
tarde para el gorjeo de los pájaros,
porque a los mirlos, los toches, los turpiales,
los mataron las pedradas o murieron
asfixiados por el tedio de las tardes;
y tarde para el ulular de las cigarras,
pues las cigarras se murieron de pesares,
de ver que nadie más las escuchaba,
sino el oído entristecido de los árboles;
tarde para el bullicio de la escuela,
y las paletas coloreadas y gigantes,
pues ya no tenía la edad de las paletas,
ni de la escuela a las cinco de la tarde;
y tarde para taburetes en la puerta,
para sentarse en el andén a cantar valses,
porque ya valses no había, ni taburetes,
y prohibieron los andenes los alcaldes;
tarde para el retozo con los niños
en los juegos infantiles de los parques,
porque los niños crecieron tan aprisa
que ni siquiera hubo cómo preguntarles
qué se siente cuando niño al ver la vida
cómo pasa de fugaz y deleznable,
aunque esa pregunta no es de niños,
pues el niño contestarla aún no lo sabe,
y es al viejo al que ya se le pregunta
en su vejez, por la niñez que vivió antes.
Una tarde cualquiera de diciembre
con asombro descubrió que era muy tarde.
Señor OSCAR HUMBERTO GOMEZ GOMEZ, es usted un gran profesional y poeta y me siento orgulloso de que existan colombianos como usted, que a pesar de ser un gran profesional, también ama las cosas simples y sencillas.
Acá donde vivo, tuve la fortuna de leer el hermoso poema SOMOS DE LOS MISMOS, de una profundidad inigualable.
Yo también escribo y me gustaría saber cómo puedo adquirir sus libros de poemas.
El siguiente poema es mío y humildemente quiero compartirlo con usted y quienes puedan leerlo por este medio.
El soneto que nos envía desde Waukegan, Illinois, Estados Unidos, don Gabriel Valencia, titulado EGOÍSMO, hemos decidido publicarlo en una entrada por aparte y no como un mero fragmento de su amable comentario. Y es que don Gabriel es ni más ni menos que un poeta y merece ser tratado como tal.
Muchas gracias, poeta Gabriel Valencia.
Un abrazo desde Colombia.
Sencillamente impecable.
Gracias, sir Lancelot.
Muy buena su manifestación poética. Nunca es tarde. Recuerde que la vida empieza mañana. Aprovecho para saludar a esos viejos amigos incluidos en los mensajes. Un abrazo para Kekar. Todos los días incluyo sus caricaturas en mi web.
Alcides Antonio Jáuregui Bautista
Noticiero del Llano
Villavicencio
Muchas gracias y un saludo muy especial en Villavicencio, capital del hermano departamento del Meta, al señor Director de La Voz del Llano.
Oscar: Nunca es tarde para entender y encauzar nuestras vidas según la vocación natural que se tenga. Tú, indudablemente, harías un gran papel como poeta en vez de estar trajinando mañana y tarde con expedientes cuyo sabor amargo entristece hasta a un pingo. Nunca es tarde para empezar… es tu decisión. No dejes para más tarde lo que puedes hacer Ya, Ya y Ya. Saludos JB
Qué hermoso poema, yo sabía que en Oscar Humberto teníamos no solamente un destacado profesional en derecho, sino un gran escritor, poeta y músico, por eso creo que nunca es tarde para escuchar la música y la poesía de Oscar Humberto. Nunca es tarde para recordar viejos amigos como Ciro Antonio, las Cabarcas, María Antonia, entre otros. Nunca es tarde para escuchar la canción “Caminito verde”: “Lloraré cuando recuerde que te vi reverdecer, adiós caminito verde me voy para no volver”, en todas partes donde íbamos la cantábamos, Ciro con las maracas, Oscar Humberto la primera voz y Luis Dalmiro en la guitarra, años 1978/79/80. Pero de verdad nos cogió “la tarde” para crecer espiritualmente, porque el tiempo se está yendo, cogiéndonos “el tarde”.
Un abrazo,
Luis Dalmiro
Doctor Óscar Humberto: Muy útiles todos sus aportes a la cultura de Santander. Se nos hizo tarde y nos cogió la noche para enseñarles a los hijos que aún existen los libros y que la poesía aún vive en la medida en que es la voz del alma, porque temprano nos ha atropellado la tecnología, pues nuestros niños cambiaron los trompos y los juegos a las escondidas, por las redes sociales y el Internet; además, si los “chinos” van a jugar al parque, corren el riesgo de ser atracados o caer bajo unas balas perdidas. Recuerdo a mi amigo el Dr. José Manuel Guaracao. A él saludos y a todos desde mi silla de ruedas.
Abrazos,
ALEJANDRO GÓMEZ LAMUS
No es tarde para disfrutar de un buen tinto con un rico “juanito”, qué buena colación, qué estímulo matutino disfrutar tu bello escrito, la tradición y la tertulia son la base del cariño del buen vecino, la comunidad debe rescatar ese gran valor, que hace parte de la seguridad, de la confianza y el buen vivir. El trato al prójimo hace parte del comportamiento sano con el medio y la naturaleza.
Un gran abrazo por estos estupendos momentos. Que Dios te siga premiando.
Oscar, Gracias por este poema, nunca es tarde para disfrutar de una buena poesía, así sea al comienzo de la mañana.
Siga enriqueciendo la cultura santandereana.
Con Aprecio,
WBM
Mi apreciado doctor Gómez: Su “Tarde” es evocadora, melodiosa, armoniosa, respirable, rítmica… Un ensueño.
Cien abrazos,
KEKAR
Mi apreciado Doctor Embejucao: Esa “Tarde” tiene síntomas de bolero apasillado. ¿Se podrá hacer ese experimento absurdo? Ya lo hizo Pacho Galán con el merengue y la cumbia: Merecumbé. Mentira, esto no va al cuento: lo que quiero expresar es cómo puede cautivar la música si sus letras se escriben con poesía.
Felicitaciones, estimado bardo y colega, tu Tarde nos hace evocar y soñar.
José Manuel Guaracao González
Oscar, muy lindo tu poema; espero no te llegue tarde mi comentario. Felicitaciones; aún es temprano para la poesía.