PRODUCTOS ESPECIALES DEL MERCADO DE LA CORRUPCIÓN. (*). Por: General (R) Adolfo Clavijo

* [De la serie “AL GRANO. Análisis sui géneris del acontecer nacional”].


 

Colombia vive desde hace varios años una situación de corrupción muy grave que se hace cada vez peor porque no se han aplicado, ni se vislumbra aplicar, soluciones definitivas. Siempre se pretende combatir el fenómeno con medidas y procesos que no les impiden a los corruptos seguir su trayectoria porque estos ya saben cómo eludirlos y/o pretermitirlos.

A continuación, se citan y se describen las cualidades y condiciones morales que los corruptos convierten en productos negociables para pasar a disponer de los erarios, presupuestos y dineros que el Estado destina para cumplir con sus desarrollos. Esos atributos personales entran en un círculo de mercadeo deshonesto donde los vendedores son los propios funcionarios oficiales de diferentes niveles y por lo general con altas responsabilidades de administración y control de las empresas públicas, y los compradores son los corruptos que, en esta forma, convierten al funcionario en un corrupto más.

Ética. Los corruptos les compran este producto a algunos directivos y funcionarios de empresas oficiales para que no controlen ni supervisen los procesos financieros, lo que les permite carcomer sin problema el erario o el presupuesto de la respectiva empresa. Igualmente, algunos empleados públicos, cuando reciben un cargo estatal, por retorcida conveniencia económica hacen a un lado este producto, quedando a merced de las propuestas de perversión.

Moral. Algunos empleados públicos venden este producto a muy buen precio cuando asignan a dedo costosos contratos estatales o gubernamentales relacionados con ejecución de obras o cuando, sin necesidad, reajustan los valores iniciales de los contratos, afectando considerablemente los presupuestos del caso, y entran a compartir con el corrupto el desfalco o robo que se le hace al Estado.

Honestidad. Ciertos funcionarios directivos y administradores de empresas públicas venden este producto a los corruptos, recibiendo sobornos y coimas que permiten que los contratos y las adquisiciones tengan los precios que el cliente corrupto fija a su antojo.

Lealtad. Ante las propuestas de los corruptos, la lealtad de los funcionarios del gobierno y de los entes estatales al país y a su empresa en particular pasa a ser negociada así: el empleado público la borra de sus compromisos profesionales a cambio de unos buenos fajos de dinero y empieza a hacer lo que le ordene su nuevo amigo.

Integridad. Este producto lo negocian fácilmente los funcionarios que buscan jalarle al enriquecimiento ilícito. Muchas autoridades oficiales negocian esta cualidad cuando se dan cuenta de que pueden obtener unos apartamenticos adicionales y otros carritos más modernos que el que tienen. Además, ven la oportunidad de hacer unos viajecitos de turismo con toda su familia por Norteamérica, Europa y Asia sin necesidad de afectar su patrimonio. Esas perspectivas valen más que su sentido de la integridad.

Pudor. Producto que ciertos administradores de bienes y propiedades del Estado venden a quienes buscan desfalcar los dineros públicos.

Dignidad. Este producto lo venden especialmente algunos magistrados y jueces cuando cambian fallos condenatorios por fallos absolutorios, en particular cuando se trata de congresistas o políticos conocidos.

En resumen, la corrupción es un negocio de vendedores y compradores. Los vendedores montan sus ‘tiendas’ convirtiendo en productos negociables las cualidades personales que deberían aplicar en el desempeño de sus cargos estatales, mientras para los compradores esa negociación representa la oportunidad de apoderarse de los dineros fiscales.

La consideración que aquí se hace sobre el comportamiento inmoral de unos funcionarios públicos debe servir para impedir que la falta de honorabilidad sea la puerta de entrada de la corrupción en el sector oficial.

________

ADOLFO CLAVIJO. Militar, ingeniero, escritor y docente universitario bogotano. Tronco de una familia bogotano-santandereana. Ex Rector de la Universidad Militar Nueva Granada.

¡Gracias por compartirla!
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *