Al fin qué importa en la vida
distinto de hacer presencia,
llevar en paz la conciencia
y disfrutar la subida.
Que nunca tengan cabida
la mala fe o la indolencia
y siempre tenga vigencia
la juventud bien vivida.
No importan bienes ni honores,
la compañía de señores,
fama, poderes, ni gloria,
Si al fin tan solo el camino
te alumbra el faro divino
y lo demás es historia.
Hermoso soneto, donde se palpa el amor y la vida de don Héctor. Qué alegría esas enseñanzas, y el legado que en su caminar, a su familia, amigos y todos los que comparten o han compartido con él nos ha enseñado y sigue haciéndolo. Gracias a Dios por su cumpleaños rodeado de su bondad, fortaleza y el amor de toda su familia.
Buena reflexión; ahora lo más importante es ganarnos el cielo y luchar para que así sea; lo demás no nos debe afanar; el pasado quedó atrás, el futuro es incierto; pero la paz de vivir en la conciencia de haber recorrido el camino con la luz que siempre nos acompaña es inexplicable. Hermosa composición, hoy dedicada a mi padrecito, pero que se acomoda a cualquier alma. Gracias, Óscar.
¡ Qué bello !
Gracias.
Una exaltación muy valiosa y bien merecida para nuestro querido Héctor; 94 años ejemplares de una vida bien vivida y distinguida por su rectitud y valores morales; excelente padre y esposo.
En su nombre y en el mío mil gracias.
Muchas bendiciones.
Linda poesía dedicada a un hombre cuya vida siempre fue, y lo sigue siendo, íntegra y sobria: a mi amado padre, en su cumpleaños 94. Bendecidos somos por el Creador al permitirnos contar con su amorosa compañía. Gracias, mi poeta, por tan bello soneto.