Oración. Por: El Último Guane

 

En dónde estás, Señor, cuando yo, triste,

Inmerso en el dolor o el abandono,

Pregunto al corazón por qué el encono

Con el cual la ingratitud mi alma embiste.

 

En dónde estás, Señor, si el hombre insiste

En cultivar con odio como abono,

Si para dialogar no endulza el tono,

Si lo veo destruir cuanto aquí existe.

 

Aclárame, Señor, si en esos días

En que extraño las pasadas alegrías

Y a mi alma la conturba tanto dolo,

 

Aquella voz que escucho en mi conciencia,

Que me anima y me invita a la paciencia,

Eres tú, Señor, o yo hablo solo.

 

¡Gracias por compartirla!
Esta entrada fue publicada en Poesía. Guarda el enlace permanente.