Esperando su asfaltada carretera
otra vez se quedó García Rovira,
y la provincia de Soto aún suspira
por llegar en menos tiempo a la frontera.
No hubo planta en la zona panelera,
ni acueducto socorrano hay en la mira;
el futuro se aproxima y se retira
de esta tierra libertaria y comunera.
Santander ya no es sombra del que era,
hoy no es cierto que aquí haya verraquera,
nada queda de Manuela y de su ira.
Ya en el solio de Bolívar nadie espera
que alguien nuestro se siente un día cualquiera.
¡Santander parece hoy una mentira!
Gracias, Sr. Diablillo, por recordarnos a todos que una verdadera identidad de pueblo, de sociedad o de grupo, sólo existe verdaderamente si se enmarca dentro de un entorno ético y moral, de manera que lo que se siente y se piensa, lo que se dice y lo que se hace sea congruente y busque el bien común y la sana evolución de los ciudadanos.
Cordialmente, Luis E. Franco O.