Con temperaturas que desbordan el comportamiento tradicional de esta época de cabañuelas, Colombia empieza a sentir cambios climáticos que provocan incendios forestales y deterioro de las fuentes naturales de agua potable. En menos de dos semanas, hemos pasados de una época de lluvias al intenso verano, que ha provocado daños al eco-sistema, especialmente en el departamento de Santander, donde se presagia un mayor impacto del “Fenómeno del Niño”, que puede provocar una intensa sequía.
Poca información existe de las autoridades ambientales encargadas de prevenir desastres forestales, estimulados por la quema de pólvora, por el rezago de botellas y otros envases de vidrio en los basureros, donde el fenómeno “Lupa”, enciende la capa vegetal en descomposición, por la imprudencia de la gente que arroja vidrio, colillas y globos, para celebrar el jolgorio de las fiestas de Año Nuevo.
El país está incendiado por la mala conducta de los ciudadanos que tiran basuras a la calle, que utilizan pólvora en la algazara de la navidad, que taponan las alcantarillas, que hacen mal uso de los empaques desechables, que rellenaron de tierra los humedales y que han contaminado aljibes, quebradas y ríos, convertidos en cloacas, como ocurre en los municipios de Barrancabermeja, Floridablanca y Girón, las ciudades con mayor volumen de basuras en las fuentes hídricas.
Las corporaciones autónomas regionales tienen una delicada misión pedagógica que cumplir, para exigirles a las comunidades un comportamiento armónico con el medio ambiente. El uso del agua debe reglamentarse, reduciendo los consumos y evitando el riego de jardines. En los lavaderos de vehículos debe existir el control de las autoridades ambientales.
Las cabañuelas de enero presagian un aumento de dos y cuatro grados en la temperatura bajo sombra y un sol incandescente que impide a los trabajadores agrarios un mayor rendimiento en sus respectivas jornadas. Es hora de conocer el talento y la sabiduría de quienes dirigen la política ambiental en los diferentes municipios de Santander, para evitar incendios forestales y preservar las fuentes de agua que nacen en las cordilleras.
En menos de quince días, pasamos de la temporada de lluvias, que había protegido los cultivos de nuestros campesinos a una temporada insoportable de calor, que empieza a producir estragos en potreros y labranzas. De acuerdo con los pronósticos del IDEAM, las lluvias estarán ausentes de los cielos de Colombia durante los primeros tres meses del año, con todas las implicaciones que se derivan de la falta de agua en municipios de Santander, totalmente devastados por la mano irracional de los seres humanos.
Las unidades bomberiles de los municipios de Santander han tenido que actuar en los primeros días de enero en los sectores de El Porvenir, municipio de Girón; vereda Las Flores del municipio de Zapatoca; en sectores del Magdalena Medio; en la región Andina de las provincias de García Rovira y Vélez. Es hora de adoptar un plan de emergencia para proteger los acueductos, mientras avanza la temporada de verano.
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*: Educador, periodista, locutor, empresario y político santandereano. Director del diario EL FRENTE de Bucaramanga.