Justicia que siempre fallas
(y no por dictar sentencia),
que con tu dura indolencia
le pones al pobre vallas:
Si son tus oídos murallas,
si gracias a tu inconsciencia
no obtiene el justo clemencia
y ríen por ti los canallas,
si a quien protesta lo acallas,
si tienes por antiguallas
honor, buena fe, elocuencia,
harás que, al fin, la decencia
ceda el paso a la violencia
y al reino de las metrallas.