De la vida en los caminos
desgracias hay por montón,
mas no hay peor maldición
que tener malos vecinos.
Si tus modales son finos,
te enfermará la razón
dormir con la desazón
de al lado tener porcinos.
Si no te queda otra opción,
pide a Dios resignación
y ¡ a soportar desatinos !
De lo contrario, ¡ al camión !
¡ al barco ! ¡ al tren ! ¡ al avión !
y ¡ a los designios divinos !