Cuando se fue aquel muchacho
Dizque había luna llena,
Y el cielo estaba estrellado,
Pero él ni se dio cuenta,
Pues ya no tenía en sus ojos
Visión para ver estrellas,
Si había luna menguante,
O creciente, o luna nueva,
Al final le daba igual
Que hubiera luna o no hubiera.
A dónde se fue no supe,
Dijeron que a Venezuela,
El paraíso de oriente
En esos años sesenta,
De donde se regresaba
Con dinero a manos llenas,
Al menos eso decían
En la casa y en la escuela,
Lo aseguraban los hombres
Que tomaban en la tienda,
Y en las onces de las cinco
Lo cuchicheaban las viejas,
Mas yo veía que todos
Traían la misma pobreza.
Dijeron que lo mataron
Por robarse una panela,
Cuando en verdad había hurtado
Un fulgor a las estrellas
Para alumbrar su camino,
Que estaba envuelto en tinieblas.
En todo caso lo hallaron
En una trocha cualquiera;
Primero fue un N.N.,
Fallecido en tierra ajena,
Después lo identificaron
Con un nombre que no era,
Hasta que al fin lo dijeron
Correctamente en la prensa,
Con su nombre y apellido,
Y el alias que le añadieran,
Sin que hubiese del gobierno
Ninguna voz de protesta.
Cuando volvió aquel muchacho,
No había luna siquiera.