Qué pasará contigo, continente,
Sin Martí, sin Nariño y sin Bolívar,
A quién se acogerá tu pobre gente,
Sin Belgrano, San Martín, Juárez, ni Artigas.
Dicen todos que van a liberarte,
Pero a cambio de eso te esclavizan
Con el yugo opresor de la violencia,
La censura, el latrocinio y la mentira.
Todos dicen que te harán independiente,
Mas tu independencia sacrifican,
Y aparecen por doquier tus dictadores
Que indolentes a tus pueblos los arruinan.
Hay profetas por doquier hoy predicando
y diciendo que son ellos tus mesías,
¡embusteros y traidores de ideales:
no se creen ni ellos mismos lo que afirman!
Llevan siempre como recuas a tus pobres,
a que ayuden a implantar ideologías,
y cuando ya, en sus hombros, han triunfado,
los olvidan, los traicionan o utilizan.
A la cárcel, al descrédito, al olvido,
van tus falsos redentores día a día,
y tú sigues en la misma incertidumbre
en que estabas cuando ellos emergían.
¿Otra vez retornarán esos de siempre
a ordenarte qué hacer en esta vida?
¿es que debes resignarte a no ser grande
y a pasar ante el orbe inadvertida?
Desde el sur del río Bravo a Patagonia,
Pareciera tu esperanza ya perdida,
Pareciera que no habrás de liberarte,
Ni al progreso serás nunca bienvenida.
Ojalá que despiertes, continente,
Y seas libre de verdad, mi tierra linda,
Y que el mundo hable, al fin, de lo importante
Que para él eres, América Latina.
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ILUSTRACIÓN: Árbol del ceibo, la flor nacional de Argentina, el país más al sur del suelo latinoamericano.