16 DE JUNIO DE 1683.
Lo que para muchos es considerado una fecha más de las tantas que a diario se mencionan, como por ejemplo el de un aniversario relacionado con algún descubrimiento o el nacimiento o muerte de algún personaje, etc., reviste singular importancia por el hecho de haberse fundado hace 333 años, la precursora e hidalga Villa, cuna de la libertad colombiana y ciudad de los comuneros del Socorro localizada en el centro del Departamento de Santander.
Antes de la fecha fundacional, la localidad no era más que uno de descanso y de fuente de provisión de alimentos de transeúntes y mulas. Unos caminos transitados por recuas cargadas de mercancías que desde Vélez cruzaban los riscos cordilleranos orientales vía Girón; el Rio de la Magdalena, Mompóx, Cartagena, Pamplona, y Cúcuta entre otras hasta la lejana Venezuela.
Antes de la fecha fundacional, el poblado más importante de la provincia era Chanchón a orillas del rio Suarez o Saravita, en memoria del cacique Guane que por allá en la década del 40 del siglo XVI comandó una trascendental rebelión indígena que lo convertiría en primer indígena defensor de los derechos humanos, en mártir de la etnia Guane por su holocausto en aras de la libertad.
El pueblo del Socorro sería llamado a reemplazar el importante pueblo de indios de Chanchón a orillas del rio Suarez o Saravita. A partir de 1680, la encomienda de Chanchón empezó a declinar debido a los ataques de los aguerridos indios Yariguíes, la prosperidad a partir de 1580 del camino real entre Vélez y Girón que pasaba por encima y a tres leguas de distancia del resguardo de Chanchón, la preponderancia económica de otros pueblos cercanos fundados en cercanías al cauce del Suarez; el decreto que extinguió el pueblo del cacique y sus resguardos por no rentar nada a la real hacienda y no obtener la congrua necesaria para subsistir el cura doctrinero. A partir de 1746, fueron enviados la totalidad de los indígenas de la encomienda al cercano pueblo de Guane lo que favorecería el asentamiento de blancos y criollos en el sitio actual donde hoy día se encuentra la capital de la Provincia comunera.
No faltó, aunada a la prosperidad económica de esas gentes sin par, aguerridas y laboriosas, la explotación y el despotismo de un puñado de peninsulares capitulares que a como fuese lugar, implementaban altísimos tributos que serían enviados a las arcas reales españolas con el objetivo de mantener la guerra que a partir de 1778 España libró contra Inglaterra.
El demos fundacional socorrano que apareció paulatinamente a partir de 1683, fue republicano en parte y en parte monárquico. Se ufanaba de estar compuesto por una élite liberal de productores, comerciantes y clase media baja obrera dispuesta a autogobernarse y evitar ser explotada, mientras establecía industria y manufactura de primer orden nacional en telares que fabricaban lienzos y mantas que vestían al país, tabaco en rama y cigarros, aguardientes y otros productos fermentados o destilados, productos alimentarios originarios de los diversos pisos térmicos provinciales, como también extensos y productivos hatos ganaderos.
Los socorranos fueron promotores de la malograda Revolución comunera un siglo más tarde, de las primera acta independentista neogranadina en julio 10 de 1810, de la promulgación constitucional de agosto 15 del mismo año.
En su 333 aniversario pocos recuerdan que en 1749 y con una población de 12.000 habitantes fue considerada una de las poblaciones del virreinato más rica y populosa después de Santa Fe, Cartagena, y Popayán. Que el Socorro fue Pionero en la construcción de hospitales y acueductos de arcos de piedra. En relación con la instrucción, fundadora en 1778 de la primera escuela de letras bajo la dirección de don Vicente Parra; por decreto del general Santander del 15 de enero de 1826 fundadora del Colegio Universitario; de haber establecido el primer colegio femenino en 1844 y creada la primera imprenta en Santander traída por don Nicolás Gómez. Tambien, decano del periodismo. Un primer ejemplar periodístico salió al público con el nombre de “El demócrata” el 14 de abril de 1849.
Buena parte de la fama que tenemos de bravos y revolucionarios los santandereanos la debemos al valiente pueblo del Socorro. El Socorro en todas las guerras ofreció su cuota de sangre cuando de defender libertad y justicia se trataba. Tal fue el empuje y la importancia económica y social de este pueblo y ciudad milagro que fue capital del Estado de Santander desde el 14 de septiembre de 1861 y por espacio de 25 años hasta que dicho privilegio se trasladó a Bucaramanga a partir del 24 de marzo de 1886.
El 15 de agosto de 1810 en su más importante designio constitucional los firmantes establecieron una forma de su ser liberal al establecer: “El gobierno del Socorro dará auxilio y protección a todo pueblo que quiera reunírsele a gozar de los bienes que ofrecen la libertad y la igualdad como principios fundamentales de nuestras felicidad”. Feliz cumpleaños.
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MANUEL ENRIQUE REY.— Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Santander. Ingeniero Químico de la Universidad Nacional de Colombia. Empresario y escritor santandereano.
