“Si de tus méritos nace
esta pasión que me aflige,
¿cómo el efecto podrá
cesar, si la causa existe?”
La inmensa poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana), nacida el 12 de noviembre de 1651 y fallecida —víctima de una epidemia de peste— el 17 de abril de 1695, es, además, una valiosa exponente de la Filosofía femenina (Véanse, entre otros: Mauricio Beuchot. Sor Juana: Una filosofía barroca. Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes // Jesús García Álvarez. El pensamiento filosófico de sor Juana Inés de la Cruz. Centro de Estudios Filosóficos Tomás de Aquino. 1997).
En la obra de la preclara monja jerónima se destaca la presencia del neoplatonismo, el hermetismo, el modernismo cartesiano, el aristotelismo y, finalmente, el tomismo (Véase, entre otros: Frances Amelia Yates. Giordano Bruno y la tradición hermética. Barcelona. Ariel. 1983, p. 201).
A continuación, y gracias al eminente filósofo y sacerdote mexicano Dr. Mauricio Harde Beuchot Puente, a cuya obra remitimos para un mayor y mejor conocimiento del tema, podemos aproximarnos a la exposición —enteramente poética— del pensamiento filosófico de quien ha sido, sin duda, una de las más agudas inteligencias que ha dado este continente a lo largo de su devenir histórico:
“Y argumento en esta forma:
La luz, primero que el Sol,
fue el primer día creada,
y después fue vinculada
a ese luciente Farol:
de modo que su arrebol,
después a su ardor unido,
fue un accidente añadido,
para que fuese luciente;
luego es esencia lo ardiente,
y accidente lo lucido.
Luego (si su ardor ha sido
su principal existencia,
en que consiste su esencia),
alumbrar y no encender,
no puede ser”.
(Versos que pone en labios de Neptuno).
“Al Fuego yo no le niego
el ardor (que eso sería,
con necia Filosofía,
negarle su esencia al fuego);
mas quiero que notes luego,
que, para haber de quemar,
es preciso aproximar
la materia combustiva,
y la llama más activa
de lejos puede alumbrar”.
(Versos que pone en labios del Sol).
“Destemplado un instrumento,
(aunque tenga la madera
más apta para el sonido;
aunque las más finas cuerdas
se le pongan; y en fin, aunque
en la forma y la materia
se apure el primor del Arte),
como sin concierto suena,
más que deleita, disgusta;
más que acaricia, atormenta”.
(La causa eficiente es el buen músico)
“Ya que de la Primer Causa
dispuso la Omnipotencia
que yo, como su segunda,
dominio absoluto tenga
en las obras naturales
(pues soy la Naturaleza
en común, a cuya docta
siempre operativa idea
se debe la dulce unión
de la forma y la materia),
yo soy quien hago que el Mundo
tenga ser, haciendo, atenta
a que las especies vivan,
que los individuos mueran;
y porque a la corrupción
la generación suceda,
hago corromper las cosas
para que rejuvenezcan”.
(Versos que pone en labios de la Naturaleza).
“¿Y tú, Escuela, cómo necia,
de la Devoción te apartas?
Pues tus razones, sin ella,
más serán, que doctas, vanas.
¿No ves que las sutilezas,
aunque vuelen remontadas,
si el calor no las fomenta,
se mueren en las palabras?
Pablo dice que la ciencia
ensoberbece y levanta;
y el que la Ley ejecuta,
no el que la sabe, se salva.
La Eterna Sabiduría
nos amonesta, y declara,
que no entrará la sapiencia,
cuando es malévola el alma”.
(Versos que pone en labios del Entendimiento).
“Quien vive por vivir sólo,
sin buscar más altos fines,
de lo viviente se precia,
de lo racional se exime;
y aun de la vida no goza:
pues si bien llega a advertirse,
el que vive lo que sabe,
sólo sabe lo que vive”.
“Dicen que las señas son
las que os hacen más patente,
y sin mirar la ilación,
dejando el antecedente,
le negáis la conclusión.
(…)
Si de una mujer la ciencia
tiene razones precisas,
mirad, Pedro, que es violencia,
concedidas las premisas,
negarle la consecuencia.
(..)
Mas ya veo que advertido,
viendo el caso sin remedio,
lloráis como arrepentido;
que es arte hallar el medio
de no quedar concluido”.
“No sé en qué lógica cabe
el que tal cuestión se pruebe:
que por él lo grave es leve,
y con él lo leve es grave”.
“(…) yo en mi lógica vulgar
os pusiera un silogismo
que os hiciera confesar
que ése fue sólo el motivo”.
“(…) en quien tienen, cuerpo y alma
un tan indeciso pleito,
que de cuál vence, se están
en utrum los argumentos.
Una Gramática nueva
es su hermosura y talento,
donde el más se verifica
sin que se suponga el menos.
No hay Lógico que se atreva
a definir cómo, siendo
sólo un término, en él solo
se da relación y exceso.
Ni yo sé cómo os explique
este enigma; sólo entiendo
que aquello parece más,
que se imagina primero.
Porque como a su beldad
es corto el conocimiento,
para comprehenderla toda
va de concepto en concepto”.
(Argumentación lógica)
“Al modo de aquellos que
sutilmente defendieron
que de la nieve los campos
se visten de color negro,
de tu sutileza fue
airoso galán empeño,
sofística bizarría
de tu soberano ingenio.
Probar lo que no es probable,
bien se ve que fue el intento
tuyo; porque lo evidente
probado se estaba en ello.
Acudistes al partido
que hallastes más indefenso
y a la opinión desvalida
ayudastes, Caballero.
Este fue tu fin; y así,
debajo de este supuesto,
no es ésta ni puede ser
réplica de tu argumento,
sino sólo una obediencia
mandada de gusto ajeno,
cuya insinuación en mí
tiene fuerza de precepto”.
(Argumentación lógica dirigida al poeta José Montoro)
“Salgan signos a la boca
de lo que en el corazón arde,
que nadie creerá el incendio
si el humo no da señales”.
(Relación del “término” con el “concepto”, o “palabra de la mente” o “palabra del corazón”)
“Aquel decirte más
cuando me explico menos,
queriendo en negaciones
expresar los conceptos”.
(Ley de las definiciones)
“La confianza ha de ser
con proporcionado medio:
que deje de ser molesta
sin pasar a ser despego”.
(Tendencia al justo medio en la ética escolástica)
“El bien es comunicable,
y si llegara a faltar
con quién, siempre fuera bien,
mas no fuera utilidad”.
(Acerca del bien útil y de la comunicabilidad del bien)
“Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan vanos,
que lo que el uno que es negro,
el otro prueba que es blanco.
[…]
Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.
[…]
Para todo se halla prueba
y razón en que fundarlo;
y no hay razón para nada,
de haber razón para tanto”.
(Versos escépticos. Se refiere a Heráclito de Éfeso y Demócrito de Abdera).
“También es vicio el saber:
que si no se va atajando,
cuanto menos se conoce
es más nocivo el estrago;
y si el vuelo no le abaten,
en sutilezas cebado,
por cuidar de lo curioso
olvida lo necesario.
[…]
Este pésimo ejercicio,
este duro afán pesado,
a los hijos de los hombres
dio Dios para ejercitarlos.
[…]
¡Oh, si como hay de saber,
hubiera algún seminario
o escuela donde a ignorar
se enseñaran los trabajos”.
(Saber por padecimiento más que saber por raciocinio)
“No hay cosa más libre que
el entendimiento humano;
¿pues lo que Dios no violenta,
por qué yo he de violentarlo?”.
(Sobre el libre albedrío)
“No hay cualidad que en él pueda
imprimir alteraciones,
del hielo de los desdenes,
del fuego de los favores.
Su ser es inaccesible
al discurso de los hombres,
que aunque el efecto se sienta
la esencia no se conoce”.
(La naturaleza del amor, al igual que la de Dios, no es comprensible por el entendimiento humano)
“¡Oh cuánta fineza, oh cuántos
cariños he visto tiernos!
Que amor que se tiene en Dios,
es calidad sin opuestos.
De lo lícito no puede
hacer contrarios conceptos,
con que es amor que al olvido
no puede vivir expuesto.
Yo me acuerdo ¡oh nunca fuera!,
que he querido en otro tiempo
lo que pasó de locura
y lo que excedió de extremo;
mas como era amor bastardo,
y de contrarios compuesto,
fue fácil desvanecerse
de achaque de su ser mesmo.
Mas ahora, ¡ay de mí!, está
tan en su natural centro,
que la virtud y razón
son quien aviva su incendio.
[…]
Tan precisa es la apetencia
que a ser amados tenemos,
que, aun sabiendo que no sirve,
nunca dejarla sabemos”.
(Acerca de la teoría aristotélica de los opuestos. El amor según Dios es una cualidad sin opuesto)
“La virtud y la costumbre
en el corazón pelean,
y el corazón agoniza
en tanto que lidian ellas.
Y aunque es la virtud tan fuerte,
temo que tal vez la venzan,
que es muy grande la costumbre
y está la virtud muy tierna”.
“Este que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido”.
“Y ya que juntos os miro,
nobles Elementos cuatro,
cuya fecunda discordia
es madre de efectos tantos:
vosotros, que variamente
con paz y guerra luchando,
sois contrarios muy amigos,
y amigos muy encontrados;
y a ti, Cielo, que influyendo
en sus movimientos varios,
divides hermosamente
en cuatro partes el año,
pues todo lo sublunar,
a expensas de tu cuidado,
vive a merced de tus lluvias
y al influjo de tus astros”.
(Versos que pone en labios del Amor refiriéndose al aire, la tierra, el aire y el fuego)
“El Mundo con tal agrado,
os reverencie, Señor,
que a la razón del Amor,
sobre la razón de Estado”.
(Versos que pone en labios del Amor contra un concepto maquiavélico tomado por los poderosos en contra de sus pueblos)
“¡Bueno es, Majestad, que quieras
que contra razón se rindan
los derechos naturales
a las leyes positivas!
El vivir es en el hombre
lo primero; y tan precisa
es en él esta elección,
que escoger, si le brindan
con una de las dos cosas,
el que más mandar estima,
la Vida sin Majestad,
no la Majestad sin Vida”.
(La primacía del derecho natural sobre el derecho positivo. Es célebre al respecto la defensa de Antígona)
“No en el ser precisa, sólo,
fundes el ser preferida;
que no puede hacer las cosas
mejores, el ser precisas.
La Naturaleza, siempre,
de lo imperfecto camina
a lo perfecto, y no habrá
quien, por eso sólo, diga
que es lo imperfecto mejor.
La materia se anticipa
a la forma; y no, por eso,
es por más noble tenida.
Del corporal alimento
vemos que se necesita
más que del discurso; y no hay
tan ciega Filosofía,
que diga que es mejor, que
la potencia discursiva”.
(No por ser necesaria una cosa es más perfecta).
Y, para cerrar, creemos literalmente ineludibles las inmortales redondillas feministas con que plasmó, de manera magistral, su memorable defensa de la mujer caída, haciendo gala de una argumentación tan preciosa como dura e irrefutable:
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais, (*)
y en la posesión, Lucrecia. (*)
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo”.
[CONTINUARÁ]
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NOTAS: * Tais: hetaira, o cortesana, o prostituta distinguida acompañante de Alejandro Magno. Mujer de gran belleza, posó para Fidias, el más grande escultor de la antigua Grecia.
* Lucrecia: Dama de la antigua Roma, de familia ilustre y que tenía fama de hacendosa, hermosa y honesta. Fue violada y se suicidó.
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