No se puede evadir el tema que hoy nos envuelve a toda la humanidad, situación que nos ha puesto en reflexión de nuestras vidas y de lo que de ella hacemos en favor de nuestros semejantes.
Que se evalúe no el transcurrir de un año con sus alegrías y penas, sino el diario, cómo cada uno de los días es una página que alimentará el libro de la vida.
Siempre se ha dicho que de toda crisis salen factores de desarrollo y cambio positivo; claro que muy difícil hacerle ver ello a quienes hoy no tienen un pedazo de pan para calmar el hambre de ellos y de sus hijos. Situación que lleva a la desesperanza y la conmoción del espíritu, dando entrada a pensamientos de procederes impensables por el Ser en condiciones de normalidad.
Obviando ello, pidiendo a nuestro Supremo Padre misericordia para que se mejoren las condiciones de personas que, incluso, conocemos personalmente, debemos reflexionar en los factores que en un nuevo modelo podremos adquirir luego de esta horrible noche.
Humildad, caridad y solidaridad, palabras que ya estaban en desuso de nuestro comportamiento en conocimiento y acción, hoy con el hecho de acatar las directrices ya es uno de ellos, si no nos cubrimos con la misma cobija, todos seremos afectados.
Conocernos en medio de la tempestad es uno de los aprendizajes, incluso nosotros mismos, cual es la capacidad de manejo de una situación que no podemos alterar, ni modificar en conveniencia y provecho personal.
Igual a nuestros seres más cercanos, aquellos con quienes vivimos, pero no compartimos, saber de sus fortalezas y falencias. Muchos han expresado su positivo asombro por la creatividad en iniciativas y la práctica de gustos no visibilizados.
Cuántos se dieron cuenta de la complacencia de ayudar en labores gastronómicas, u orientar en las tareas de los hijos, amén de aprender la disciplina del orden, que como ejemplo se ha debido asumir. Varios testimonios dicen de haber vuelto a la práctica de los juegos de su niñez y juventud, lo que ha causado agradable sorpresa a sus críos.
Es factor de cambio, cuando en familia se asumen posturas de responsabilidad compartida; cada uno hacer algo correspondiente. La rutina es factor de depresión u estrés, por ello se debe ser consecuente y fijar en nuestra mente que ésta situación se prolongará y el cuido será aislarnos de la rutina que traíamos.
Conocer el valor de los amigos, que aun distantes pero su preocupación e interés por nosotros les hace merecedores, no de estar cerca del corazón, sino dentro de él. Lo increíble de una llamada o un saludo, por alguno de los medios de red social, se torna suficiente para dar ánimo y hacernos sentir que somos y son personas.
Aprender de la tecnología y escudriñar lo que estando ahí, no nos interesaba, aprovechando al máximo cada una de las opciones. Sobre esto debo felicitar al Servicio de Aprendizaje Nacional SENA por implementación de programa especial, haciendo transformación digital. Son varias las herramientas que están al alcance de los instructores (671), con satisfacción de los aprendices (17.712) de los ocho centros de formación, en las diferentes modalidades o áreas del conocimiento que reciben; así están protegiendo su salud y la de los familiares, amén de continuar el proceso de aprendizaje.
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HÉCTOR HERNÁNDEZ MATEUS. Reportero gráfico, dirigente cívico y deportivo, y columnista.