Que donde quiera que estés,
vecina linda y sonriente,
tengas la suerte en torrente
y el mismo amor que tú des.
Hoy yo te miro al través
del raudo tiempo inclemente
que se nos fue y de repente
nos trajo la madurez.
Niña del barrio de oriente,
en el que fui adolescente,
donde tu luz irradiaste:
que así como iluminaste
la calle donde habitaste,
brille tu vida al presente.