¿Realmente es cierto que no existió Manuela Beltrán? (Cuarta parte) Por Óscar Humberto Gómez Gómez

 

El historiador José Fulgencio Gutiérrez en su libro “GALÁN Y LOS COMUNEROS”, publicado en 1939, es decir, hace OCHENTA Y CUATRO (84) AÑOS, dejó para la posteridad las siguientes anotaciones:

 

“Mucho se ha fantaseado respecto del nombre de la mujer que rompió el edicto. Hay quienes han pensado que el nombre de la Beltrán había sido forjado por el doctor Rito Antonio Martínez, para absolver una pregunta de Quijano Otero. Groot dice que quien rasgó el edicto fue una vieja, que no nombra, y a quien pinta tocando el tambor. (…) (Tomo I, página 480, de su Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada). Restrepo habla de una mujer que no nombra, que rompió el edicto el 16 (…). El historiador Plaza (…) al referirse al 16 de marzo, confunde malamente los acontecimientos, pues dice que al romper el edicto una mujer que no nombra, el pueblo se reúne y atumultúa, viene el desconocimiento de las autoridades, los más atrevidos erigen jefes y organizan la rebelión (…). Don Joaquín Esguerra en su “Diccionario geográfico de los Estados Unidos de Colombia”, impreso en 1879, añadió ya una circunstancia más, errónea, diciendo que una mujer había roto el “escudo real“ y dice enseguida que se organizó un ejército considerable. Y añade muy orondo, hablando del 16 de marzo: “Esta fecha constituye el punto de partida del movimiento insurreccionista que emancipó a Colombia (¡no tanto!): aquella humilde hija del pueblo que vino a ser tan notable (quién: ella o el pueblo?) se llamaba ANTONIA VARGAS, cuyo nombre no ha consignado hasta hoy ningún historiador de Colombia”. Eladio Mantilla repetía este mismo nombre en su Geografía especial del estado de Santander (sic).
Todos estos ensueños quedan desvirtuados con las palabras de dos testigos oculares del movimiento del 16 de marzo, don Salvador Plata y el alcalde Angulo y Olarte dicen pertinentemente que la mujer que rompió el edicto era Manuela Beltrán. Angulo hace notar que sólo conoció ese día a la Beltrán, pues los hombres procuraban huir de ser conocidos, “se precavían con sus sombreros gachos”, después supo de algunos de los sediciosos (Briceño, “Los Comuneros”, documento I, página 99).
Angulo y Olarte sí afirma resueltamente haber conocido a la Beltrán, la que rompió el edicto. Don Salvador Plata no es tan explícito, auncuando no infirma el dicho del alcalde. Hablando de las personas que el 16 de marzo salieron de la plazuela a la plaza, con el Zorro, el Cojo y el tambor, eran “otros diez o doce hombres y algunas mujeres de baja extracción y llegando derechos al paraje donde estaba colocada la tabla y tarifa para el cobro de los derechos de armada de barlovento, gritaron descompuestamente: “¡Viva el rey, pero no queremos pagar la armada de barlovento!“, y seguidamente arrancaron la citada tabla y una de las mujeres la hizo pedazos“. Briceño fue el que hizo conocer a la Beltrán”. (GUTIÉRREZ, José Fulgencio. Galán y los Comuneros. Imprenta del Departamento. Bucaramanga. 1939, p.p. 153, 154 y 155, notas al pie o pies de página).

 

 

Como lo dejé sugerido en la primera parte de esta serie de entradas, fue en este libro, publicado hace ya la bicoca de OCHENTA Y CUATRO (84) AÑOS, donde leí, hace ya mucho tiempo, lo que ahora ha sido publicado, con bombos y platillos, como el gran descubrimiento del año 2023.

Para leer directamente en el libro, den, por favor, clic encima del siguiente enlace:

 

LIBRO GALAN Y LOS COMUNEROS DE JOSE FULGENCIO GUTIERREZ

 

(CONTINUARÁ)

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