Para que nuestros lectores tengan claridad acerca de en qué consiste la denuncia penal que ha presentado el columnista Felipe Zuleta Lleras contra Monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, este portal considera conveniente, y apenas justo, reproducir las palabras de las que acusa el denunciante a su denunciado, pues solamente así se tendrá un panorama completo de la cuestión.
Pues bien; esas palabras las tomamos de la propia denuncia, publicada por el mismo denunciante en su portal. Los hechos son los siguientes:
“I. FUNDAMENTOS FÁCTICOS:
1. El 29 de abril de 2012, MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA VILLOTA dirigió la siguiente Carta Pastoral a la Comunidad Católica:
“UNIDOS POR LA VIDA Y LA FAMILIA”
CARTA PASTORAL
MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA VILLOTA, S.J.
OBISPO DE FONTIBÓN
Queridos presbíteros, religiosos, religiosas y seminaristas,
Queridos hermanos y hermanas en la fe,
Queridos hombres y mujeres de buena voluntad,
Como es sabido, en próximos días, la Corte Constitucional deberá proferir sentencia en mérito a la adopción de menores por parejas conformadas por personas del mismo sexo. He observado con perplejidad que dicho Tribunal, en recientes decisiones en materia de familia y vida, ha ido en contravía de una sana y correcta interpretación de nuestra Constitución. En contravía, también, de los auténticos valores que dignifican a la persona humana y contribuyen al progreso de la sociedad.
Nada tiene la Iglesia contra los homosexuales o contra el reconocimiento de sus legítimos y auténticos derechos. Con amor materno, la Iglesia acoge a todos los hombres y mujeres, sea cual sea su condición. Sabemos bien que, con independencia de su orientación e incluso de su comportamiento sexual, toda persona humana tiene la misma dignidad fundamental, el mismo valor ante Dios y ante el Estado.
Como Pastor de la Iglesia y ciudadano, con todo respeto, debo decir que la Corte Constitucional se está extralimitando en sus funciones. No sólo no está cuidando la integridad y supremacía de la Carta Magna sino que la está modificando, legislando de espaldas al sentir del pueblo, de quien deriva toda su legitimidad.
Por ello, queridos hermanos, es necesario, abandonar el letargo para defender, con vigor y coherencia, la vida y la familia, los derechos de los menores, que prevalecen frente a los derechos de los demás (art. 44), abriendo un debate nacional que lleve al pueblo colombiano a decidir, con libertad y en consciencia, el tratamiento que quiere dar a estos temas.
(Un ) Estado Social de Derecho tiene el deber de respetar los valores éticos y sociales de sus ciudadanos. Las últimas decisiones de la Corte Constitucional en materia de vida y familia, por el contrario, han desconocido el sentir de la mayoría del pueblo colombiano. Creo que decisiones de tanta trascendencia para la vida nacional deberían ser tomadas en espacios políticos más abiertos a la sana discusión de ideas, más representativos de los ideales democráticos de la Nación, más cercanos a las reales preocupaciones del pueblo colombiano.
Dada la incertidumbre existente y los precedentes, ante la decisión que la Corte deberá tomar en pocos días, los invito queridos hermanos y hermanas, colombianos de buena voluntad, a mantenerse vigilantes y atentos, dispuestos a defender la vida y la naturaleza auténtica de la familia.
Dios Todopoderoso los bendiga y los proteja,
Fontibón, 29 de abril de 2012
+ Juan Vicente Córdoba Villota, S.J.
Obispo de Fontibón”[1].
2. En entrevista concedida al periódico El Tiempo, MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA, rechazó la adopción de dos niños que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) le autorizó al periodista homosexual Chandler Burr, en los siguientes términos:
“Uno dice: ¿por qué no le dieron dos niñas? Por qué preciso dos varones, a un homosexual. Con dos niñas no tendría ninguna atracción hacia ellas; si hay papás heterosexuales que abusan de hijas, e incluso de hijos, con mayor razón le da a uno miedo con un señor homosexual. Hubiera sido mejor darles un papá y una mamá.
Entonces, ¿un gay no puede darle un hogar a un huérfano?
Sí, pero tiene que ser una persona con unos controles de sus tendencias, de sus pulsiones y sus pasiones muy bien interiorizadas. Es muy difícil que si yo tengo diabetes y me ponen a vivir en una dulcería, no caiga”[2].
3. Igualmente, en entrevista concedida a la Revista Semana, MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA afirmó: “PREGUNTADO POR SEMANA.COM: ¿El país sí está preparado para aceptar la adopción de parejas gay?
RESPONDIDO POR MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA: “No puede estar preparado. Es como si se dijera que estamos preparados para que venga un terremoto.(…) En estos casos la corte no ha cuidado la Constitución y por el contrario la altera. Es lo que llamamos un adefesio jurídico”[3].
4. En otra entrevista concedida a la Revista Semana, MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA sostuvo:
“PREGUNTADO POR SEMANA.COM: ¿Por qué, para ustedes, el matrimonio entre parejas del mismo sexo no es viable?
RESPONDIDO POR MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA: Es esencia del ser humano la pareja de hombre con mujer, que se complementan sicológica y físicamente. Dos hombres, dos mujeres juntas, en una relación emocional y sexual, no se complementan. Se destruye la célula que conforma una sociedad como lo es la familia, transmisora de los valores éticos, humanos, de la cultura de un pueblo y su idiosincrasia y valores espirituales. Cuando la familia se acaba, se destruye una sociedad”
(…)
PREGUNTADO POR SEMANA.COM: ¿Cómo percibe la Iglesia católica a una persona homosexual?
RESPONDIDO POR MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA Como un hijo de Dios con todos los derechos y deberes. No son enfermos, sino que tienen un desorden de orientación de identidad de género, de rol sexual. Es un desorden como los otros que son heterosexuales que no pueden vivir con una sola mujer. Ahí también hay un desorden. ¿Por qué a un hombre no le gustan las mujeres? Porque sicológica y afectivamente se sienten mujer, de manera inconsciente. Es ciencia sicológica”[4].
5. Igualmente, respecto a la adopción de parejas del mismo sexo, MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA afirmó: “Cuando mi papá se llama María Helena o mi mamá se llama Carlos Alberto, el niño no sabe al fin que es ser hombre o que es ser mujer”[5].
6. También sostuvo lo siguiente en artículo publicado en el periódico El Tiempo: “La justicia no consiste en darles a todos lo mismo, sino en darle a cada uno lo que necesita. Hombre con hombre y mujer con mujer no cumplen con los requisitos para formar una familia[6].”
NOTAS DEL PORTAL: *) Los números entre corchetes corresponden a las citas correspondientes. *) El subrayado es nuestro. *) La palabra (Un) entre paréntesis no aparece en el texto copiado por el denunciante.
A continuación, nuestro portal publica la entrevista que sobre el tema concedió el denunciante a la revista Jet- Set:
“Felipe Zuleta se enfrentó al clero.
El comunicador asumió varias de las causas de la LGBT. Dentro de poco llevará a los estrados judiciales a monseñor Juan Vicente Córdoba, de la Conferencia Episcopal, y a Álvaro González, de Difútbol, porque “discriminaron a los gays”.
El periodista y columnista Felipe Zuleta demandó (sic) al secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Juan Vicente Córdoba, por las declaraciones que entregó en contra de los matrimonios entre las personas del mismo sexo. Zuleta buscó la asesoría legal del abogado Abelardo de la Espriella, mientras enfrentaba otra querella con Álvaro González, de Difútbol, porque el directivo se refirió al homosexualismo como si fuera una enfermedad. En ambos casos se amparó en el nuevo Estatuto Antidiscriminación.
“El que se mete con curas tiene siete años de mala suerte”, reza una creencia popular… -Dicen que no hay que meterse con el clero. Pero eso no me preocupa. Monseñor Córdoba olvidó que no debe enfrentarse con personas que tengan profesiones que empiezan con la letra ‘p’: penalistas, policías, porteros, putas y periodistas.
¿Usted demandó porque es ateo? -Por el lado Lleras, mi abuelo era agnóstico y liberal. Los Zuleta, por su parte, eran conservadores y absolutamente religiosos. Eso me llevó durante 51 años a no ser ni lo uno ni lo otro. Pero esto no tiene relación con la demanda (sic) a Monseñor.
¿Qué declaraciones concretas le molestaron de monseñor Córdoba? -Comparó a los miembros de la comunidad LGBT con los diabéticos en una dulcería, como si fueran enfermos. Va a tener que pagar por su responsabilidad y por la falta de caridad cristiana.
¿Qué interpretación hizo usted de esas palabras? -Que son homofóbicas desde el punto de vista del Estatuto Antidiscriminación.
Antes del Estatuto que lo protege a usted, ¿se hubiera podido entablar esta demanda? -No había la menor posibilidad. Con este caso, y el de Álvaro González, de Difútbol (División Aficionada del Fútbol Colombiano), serían los primeros casos en que se aplicaría este Estatuto. Porque lo dijeron en un medio de comunicación, son delitos agravados. No es (sic) excarcelable (sic).
¿Ha pensado en una conciliación? -Quiero llegar hasta las últimas consecuencias. Es decir, una condena de hasta doce años. No creo que nadie se le mida a darle detención domiciliaria a un cura y a sus monaguillos. Espero que haya una sentencia.
¿Cómo va el proceso de Monseñor? -Se presentó la demanda y se citó a la audiencia de conciliación a la que estoy seguro que Monseñor no asistirá.
¿Lo dice porque él no le ha respondido en los medios? -Por cobarde. Él sabe que cometió un acto de injusticia o un agravio totalmente ajeno a la caridad cristiana que debería predicar. Dios no le ha mostrado el camino para saber cómo saldrá de este lío.
¿Y el de Álvaro González, de Difútbol? -El proceso lo lleva el abogado Felipe Montoya. Estuvimos en una audiencia de conciliación y no se presentó. También dijo que el homosexualismo es una enfermedad.
Su iniciativa despertó opiniones encontradas en las redes sociales… -La página que dice ‘Apoyamos a monseñor Córdoba’ es firmada por cientos de católicos, no cristianos, que son diferentes. Hay otras reacciones de cibernautas de la comunidad gay que me dan su apoyo.
En las redes sociales hay quienes dicen que personas como monseñor Córdoba manejan una doble moral… -Por eso la Iglesia católica pierde seguidores. Y es que no critican a sus propios pecadores, como los sacerdotes pederastas. Pretenden volver pecadores a quienes no lo son.
¿Cuál es su ideal de Iglesia? -Me gustan los cristianos. Me parece que tienen un diálogo directo con Dios a través de la Biblia y la oración. No necesitan intermediarios. Son diferentes a los católicos que van a la iglesia para ver a quién tienen al lado y criticarlo. No le paran bolas al sermón. No tienen idea de lo que dijo el cura, y lo que es reprochable: quedan tranquilos sin escuchar la palabra.
¿Con estas demandas busca convertirse en vocero o activista de la comunidad LGBT? -No soy vocero de la LGBT. No represento a nadie. Pero me parece que tengo los instrumentos para defender a los miembros de la comunidad.
¿Cómo ve el tema de la tolerancia en Colombia frente al resto de América? -Desde el punto de vista jurisprudencial, los derechos han avanzado. Pero sigue siendo un país intolerante, no solo con la comunidad gay, sino con los indígenas, los afro, las mujeres y los niños. Colombia es inviable.
Después de que dijo en Jet-set: “Soy gay, ¿y qué?”, ¿qué ha pasado con su vida? -Muchas cosas maravillosas. Nunca me han tirado una puerta en la cara. Muchas personas casadas me han enviado correos para pedirme consejos que les permitan asumir su identidad homosexual.
¿Se volvió consejero? -No soy pastor, ni siquiatra, ni sicólogo.
¿Y su hija cambió con usted después de la confesión? -No tengo problemas con nadie.
¿Quién le cae mejor: monseñor Córdoba o el Procurador? -Frente al tema homosexual, sabemos que el Procurador es de derecha. Sus opiniones no se compadecen con la caridad cristiana que él dice predicar. Yo siento que se ha apartado de este tema y ha buscado otros como la corrupción.
Al apoyar a los gays, ¿usted está buscando votos entre las minorías? -La política quedó cancelada. Aprendí que para ser congresista hay que ser corrupto”.
NOTA DEL PORTAL: Nos hemos abstenido de publicar algunos mensajes que han llegado sin la identificación completa del remitente, sino apenas con un nombre sin apellidos, en los que, además, se utiliza un lenguaje que consideramos inaceptable para referirse al denunciante y a su antepasado el Dr. Alberto Lleras Camargo. Nuestro portal advierte, igualmente, que publicará los mensajes que defiendan la posición favorable a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales y que, en general, respalden al columnista Felipe Zuleta Lleras en su posición, o que cuestionen la postura de Monseñor Córdoba Villota y, en general, de la Iglesia Católica acerca del tema. Los mensajes, tanto los que defiendan una postura como los que defiendan la posición contraria, sólo se publicarán, desde luego, si reúnen las condiciones de respeto y altura que deben reunir los escritos que conformen el abanico de criterios serios y responsables alrededor del asunto materia de discusión, pues nuestro portal no admite el ataque meramente personal y, mucho menos, las expresiones vulgares o meramente ofensivas. Muchas gracias por su comprensión.
Razones para la prohibición de la adopción de niños por homosexuales, según Rekers:
13 de julio de 2010 | escrito por jmolinavaldes@gmail.com | clasificado en Sin categoría
Por George A. Rekers
Ph.D., Professor, University of South Carolina
Hay al menos tres razones principales por las que la prohibición de la adopción de niños por homosexuales tiene una fundamentación racional:
A) La estructura y forma de vida de una pareja homosexual expone a los niños adoptados en un nivel de stress mucho mayor que el que se vive en una pareja heterosexual. Como es sabido, los niños entregados en adopción son mucho más vulnerables de por sí al stress, pues normalmente proceden de familias rotas, han sufrido en ocasiones abusos y tienen una carencial emocional muy grande.
Por otra parte, se sabe que la frecuencia de depresión, ideas suicidas, alteraciones del comportamiento y abuso de alcohol y drogas es mucho más frecuente entre las parejas homosexuales que las heterosexuales. Como consecuencia, la adopción por homosexuales empeoraría el stress de unos niños que ya son más susceptibles a problemas psicológicos que el resto de niños de su edad.
B) Las uniones homosexuales son mucho más inestables y más cortas que las heterosexuales , por lo que sería mucho más frecuente que se interrumpiera la adopción o esta fracasase. Se sabe que los cambios de una familia o casa a otra, afectan mucho a los niños adoptados, que sufren psicológicamente.
En otros estudios se estima una duración media de dieciocho meses en una unión homosexual , lo que no garantiza una estabilidad, necesaria para el bienestar del menor.
C) La estructura de una unión homosexual hace que el niño carezca de todas las aportaciones positivas que sólo están presente en las uniones heterosexuales
La pareja homosexual no puede aportar el modelo de padre y madre necesario para el desarrollo psicológico normal del niño, el significado de la relación marido-mujer
A continuación el Dr Rekers expone estos tres puntos de una forma más ampliada:
A) La estructura y forma de vida de una pareja homosexual expone a los niños adoptados en un nivel de stress mucho mayor.
Esta situación es fácilmente evitable, simplemente prohibiendo la adopción.
a1) Los niños en adopción están sometidos a un stress mayor que otros niños de su edad.
Aquí enumera muchas de las causas de stress por las que pasa un menor en adopción: separaciones de los padres biológicos y hermanos, carencias afectivas, maltrato físico y emocional, abuso sexual, fallecimiento de los padres, adaptación a unos nuevos tutores-guardadores puestos por la Administración, una nueva casa, un nuevo vecindario, una nueva escuela. Por todas estas situaciones, entre el 50% y el 80% de estos niños tienen problemas psicológicos y mentales, a veces heredados de los padres genéticamente.
El problema psicológico más importante es el conocido como Desajuste o Desquilibrio, que ocurre cuando el niño sufre más stress del que puede soportar, produciéndole a la larga, problemas de depresión, ansiedad, alteraciones de conducta y emocionales. Esta situación de desajuste se vería empeorada ante la adopción por una pareja homosexual
a2) Las parejas homosexuales tienen más problemas psicológicos y de adicción a drogas, lo que expone al niño a un mayor stress.
Es fácil de entender que cuando mejor sea la salud física y mental de los padres adoptantes, mejor va a ser para el niño adoptado. Precisamente para compensar el problema de desajuste del niño, una buena salud mental de los padres adoptantes es clave.
Sin embargo los homosexuales tienen una frecuencia mayor que los heterosexuales de problemas psiquiátricos y físicos como SIDA, sífilis, abuso de drogas. En el mayor estudio de este tipo realizado en el Reino Unido, en más de 2000 personas, publicado en el 2003, se observó que cerca del 70% de los homosexuales y bisexuales tenían un problema mental, frente al 30% de los que eran heterosexuales.
En numerosos estudios (Wichstrom and Hegna, 2003) se ha visto como el comportamiento homosexual era un predictor de riesgo de suicidio entre adolescentes, siendo el doble de frecuente entre jóvenes homosexuales que entre heterosexuales (Rusell and Joyner, 2001).
Las mujeres homosexuales reunen con frecuencia los criterios de alcoholicas (Cochran 2000), uso de anfetaminas entre varones homosexuales (Copeland, 2001), uso de extasis con el doble de frecuencia (Boyd, 2003), problemas con la policia, conducir ebrio, pérdidas de memoria (Mc Cabe, 2003). Como reconoce la CDC (Centro para control de enfermedades de Atlanta), la depresión, la adicción a drogas y alcohol y la violencia, más frecuente entre los homosexuales, les hace más vulnerables a ser incapaces de seguir las medidas de protección para prevenirse del contagio del SIDA .
¿Qué tipo de soporte, educación y apoyo puede dar esta población a un niño que ya de por sí tiene problemas? Los hijos de padres depresivos tienden a ser depresivos, los hijos de padres que beben, suelen tener problemas de disciplina y de alcohol a llegar a adultos (Di Lauro, 2004)
a3) La mayoría de la población en Estados Unidos rechaza la unión homosexual (cerca del 60% la ven como totalmente errónea).
Esta situación, que se da también en la gran mayoría de los países, hace que los hijos de parejas homosexuales sufren la discriminación e insultos de sus compañeros en clase, y de la sociedad en general.
Se produce un miedo por el menor a hablar de su familia, con una disminución de la vida social por el rechazo percibido. Aunque esta situación sea algo no deseable es una realidad y supone un stress añadido para el niño en adopción. De hecho ya hay muchos estudios que demuestran los resultados negativos de esta homofobia en los niños.
B. Las uniones homosexuales duran menos y son menos estables que las heterosexuales.
Son además menos capaces de proveer de una situación psicológica estable para el hogar.
Las parejas homosexuales tienen una media de tres veces más contactos sexuales que las parejas heterosexuales.
Se ha estimado en una media de dieciocho meses la duración de la relación homosexual.
Una razón más para evitar este tipo de adopción es para proteger a los niños adoptados de ser abusados o molestados sexualmente. En un estudio (Tomeo 2001), se observó que en una comparación, el 46% de los gays habían abusado en algún momento de un menor, frente al 7% de los varones heterosexuales. Además los homosexuales tienen una media de tres veces más contactos que los homosexuales, por lo que las posibilidades de abuso son mayores
C) La estructura familiar homosexual priva a los niños de características positivas que sólo están presentes en las familias heterosexuales.
Entre las razones que argumentan los que están a favor de la adopción por homosexuales, están los que dicen que cambiar pañales, llevar el niño a la escuela, o dar de comer al niño, tiene poco que ver con la orientación sexual de los padres.
c1) Pero la estructura familiar sí es importante.
Por eso, de hecho, se niega la capacidad de adoptar por ejemplo a una pareja recién casada en la que ambos tienen sólo dieciocho años, a pesar de que por ejemplo tendrán las energías físicas y la juventud, pero les falta la garantía de estabilidad de la unión que dan los años.
De la misma forma también se niega la adopción a un matrimonio por ejemplo de más de 90 años , pese a que por seguro tienen una experiencia vital importante, pero carecen de la seguridad de una continuidad en los cuidados por un mínimo número de años.
O el caso de una pareja recién venida de Asia que quiera adoptar una niña en Estados Unidos.
Pese a que tengan muy buenas habilidades en la educación de los hijos, el no conocer el idioma ni las características propias de la estructura familiar americana no le permitiría adoptar un hijo en un país extranjero.
Lo mismo ocurriría ante defectos físicos insalvables de los padres, como por ejemplo en el caso de que ambos fueran ciegos y sordos, recién salidos de la cárcel, etc.
De la misma forma, por la inherente estructura de la unión entre dos personas homosexuales, puede hacer que aunque ellos tengan individualmente capacidades en educación etc, pero como pareja les hace no idóneos para adoptar.
c2) Sólo un padre y una madre proveen del modelo adecuado necesario para satisfacer todas las necesidades de un niño en adopción.
Los padres heterosexuales producen que el niño pueda entender:
1) el papel social de una relación estable entre hombre y mujer
2) el papel social de un padre y una madre en la educación de los hijos
3) el modelo de relación padre-hijo
4) el modelo de relación madre-hijo
c2.1) La contribución única del padre al desarrollo adecuado de los hijos
La figura del padre como modelo masculino para el hijo se ha asociado con un beneficio en el éxito del funcionamiento del proceso de adopción.(Walsh, 1990).
Por ejemplo los padres ayudan más a los hijos que las madres a ser independientes y competitivos y a asumir riesgos. También son importantes en el control emocional de los hijos (Gottman 1997).
La implicación del padre en el aprovechamiento del estudio de sus hijos se asociado con un mayor rendimiento escolar (Nord, 1997). La implicación y cercanía del padre con los adolescentes conlleva un menor riesgo de alteraciones de conducta y estrés emocional en los hijos.
Los padres que juegan con sus hijos serán después más comprensivos con los sentimientos y emociones de éstos lo que hace los hijos ser más equilibrados en sus relaciones sociales y menos agresivos en la escuela (Hart, 1998). La influencia de los compañeros a que consumieran drogas quedó muy disminuida por la cercanía del hijo con su padre, con un vínculo mayor para el padre que para la madre. (Dorius, 2004).
El papel de padre en la familia está normalmente más orientado a la acción, a establecer las normas ó límites de lo que se debe o no hace, en contraste con la función más expresiva y de soporte emocional de la madre. En algunos estudios se ha visto que el papel del padre en la identificación con el propio género es incluso mayor para el padre, al asumir normalmente éste el papel de enseñar a los hijos cual es el papel de éstos en la sociedad.
En un estudio longitudinal de Heatherington (1972), se encontró que las niñas que crecían sin la figura del padre por fallecimiento de eran tímidas en el trato con adolescentes de su edad, mientras que las chicas cuyo padre se marchó de casa por separación o divorcio, fueron muy activas sexualmente durante la adolescencia, con altas tasas de embarazo no deseado.
En 1995, Blankenhorn observó que para las chicas que no tienen una relación de amor y afecto estable con el padre, creerán que la única relación posible con los hombres será bajo una visión utilitarista, de explotación mútua, con mayor número de contactos sexuales, evitando el compromiso.
Young en 1995, observó que cuando los padres muestran un comportamiento autoritario pero al mismo tiempo buscan el diálogo con los hijos para hablar de sus problemas, éstos tenían un mayor nivel de satisfacción, por el hecho de sentir que “le importan” a su padre, frente a aquellos padres que no corrigen a sus hijos por comodidad o temor a contristar
c2.2) Las contribuciones únicas de la madre al desarrollo de los hijos
En una revisión en el 2003 de Ishii-Kuntz, se encontró que mientras que para los padres el papel que ellos entendían que debían asumir era el de jugar con sus hijos, el de las madres era más el de “estar atentas” y realizar las tareas de bañarlos, cambiarlos de ropa, hacer los deberes, y darles de comer.
Las madres son el modelo para las hijas con el que identificarse. Además tienen un papel fundamental en explicar a los hijos cual debe ser la relación con sus compañeros, y para que sus hijos sepan desenvolverse socialmente al estar fuera de casa. Un déficit en estas tareas se ha asociado con problemas en las relaciones sociales en la vida adulta (Parker, 1987).
c2.3) La aportación única del padre y la madre juntos al desarrollo de los hijos
De forma normal, el niño necesita para un desarrollo emocional, social y psicosexual normal la identificación con el padre del mismo sexo y el papel complementario del padre del otro sexo. El padre, la madre y los hijos se influyen mutuamente por las relaciones entre ellos. Así por ejemplo, las madres influyen indirectamente sobre los hijos al influir en la cantidad y la calidad de la relación padre-hijo (Minuchin 2002).
Los hijos en adopción han sufrido la carencia de la interacción entre los padres para su desarrollo, por eso están todavía más necesitados de que esa aportación se realice mediante una pareja heterosexual.
c3) Los trabajos que se realizan en adopción homosexual no valoran las características inherentes a la pareja homosexual ni los factores de stress en el niño adoptado
La mayoría de los estudios fallan en la selección de la muestra. Así por ejemplo, si se selecciona parejas homosexuales sin problemas psicológicos, de una población de voluntarios, no será una muestra representativa de la población general de homosexuales, y tendrán algunos buenos resultados en la educación de los hijos.
La mayoría de los estudios no están hechos en niños adoptados sino en niños cuyo padre biológico se define como homosexual después de muchos años de convivencia familiar. Los vínculos padre-hijos serán fuertes y el hijo tenderá a comprender con más facilidad de esta forma a su padre. Sin embargo en el caso de los niños adoptados por homosexuales no sería así al no existir un vínculo afectivo previo y además el menor procederá de normalmente de unos padres heterosexuales, por lo que la nueva situación le producirá rechazo.
Estos niños además no tendrán los problemas de estrés que tienen los niños en adopción, que son más vulnerables a la inestabilidad de la pareja, a la falta del padre o de la madre, etc. Por ello los resultados que encuentran que estos niños, hijos de padres biológicos que se declaran homosexuales no tienen problemas psicológicos no son extrapolables a los niños adoptivos, con problemas de stress inherentes a su situación previa a los que se añade la situación de un nuevo padre, no biológico y homosexual.
La mayoría de los estudios comparan los resultados en los hijos de ser educados por dos lesbianas, seleccionadas para que tuvieran estudios superiores y con fuertes ingresos económicos y las comparan con familias heterosexuales en las que ha fallecido el padre o la madre. Como es lógico, dos personas proveen más recursos económicos, energía, tiempo, etc., que una sola y el hecho de que no se encuentren diferencias entre ambos no quiere decir que sean comparables.
Como muchos estudios están hechos en padres biológicos que revelan a sus hijos su homosexualidad al ser mayores, no es posible saber cual es la contribución de los hijos en la educación como hetero o homosexual y en muchos casos las lesbianas reconocen que no revelaron su condición a sus hijos adoptados hasta pasado un tiempo.
c4) La mayoría de los trabajos científicos sobre adopción homosexual tienen limitaciones metodológicas importantes, muestras insuficientes, etc. Así por ejemplo, Patterson en 2000 apuntó las siguientes observaciones:
-La mayoría de los estudios se han realizado en personas de raza blanca, bien educados, de clase media y trabajadora.
-No hay estudios de tipo longitudinal para saber qué pasa con los hijos a lo largo del tiempo
Similares objeciones han sido expresadas por Shumm (2004), además de explicar el hecho de que al rechazar la hipótesis nula no quiere decir que aceptemos la alternativa. Es decir, el que no podamos encontrar diferencias se debe más a la falta de calidad del trabajo, por ejemplo al usar una muestra insuficiente y eso no quiere decir que podamos pasar de ahí a que no hay diferencias.
En un estudio de 148 páginas publicado por Lerner y Nagai, (2001) expertos en análisis cuantitativo de la Universidad de Chicago, titulado “Sin fundamento: lo que los estudios no dicen sobre la adopción por homosexual”, concluyeron que los 49 estudios estaban sesgados en su método y en las conclusiones que obtuvieron.
En el 2002, en otra revisión, Rekers encontró las siguientes deficiencias:
– Falta de un grupo heterosexual de control
– Falta de un grupo de control de padres biológicos
– Muestra insuficiente, no tomada de forma aleatoria, inapropiada para las preguntas de la investigación
– Falta de reproductibilidad y validez en las medidas (cuales fueron los criterios para establecer la homosexualidad o la heterosexualidad?)
– Falta de anonimato en los participantes
– Se acepta la hipótesis nula
c5) El mejor desarrollo y bienestar procede de hijos de padres heterosexuales casados
Sarantakos en 1996 comparó 174 grupos de chicos divididos en tres grupos según que sus padres estuvieran casados, cohabitaran o fueran homosexuales. Los resultados fueron los siguientes:
En la adquisición del lenguaje, matemáticas, y ciencias sociales, los mejores resultados fueron para los hijos de casados, después para los hijos de los que cohabitaban y después los hijos de homosexuales. Lo mismo sucedió para la práctica de deportes y la sociabilidad.
Los hijos de padres homosexuales fueron más tímidos, inseguros para trabajar en equipo, miedosos para hablar de su familia, introvertidos, y con dificultades para relacionarse con un compañero que fuera diferente al sexo de sus padres adoptantes. Los hijos sufrieron con frecuencia las bromas de sus compañeros sobre sus padres.
En cuanto a la identidad sexual, los hijos de padres gays, tendieron a tener conductas y aficiones más propios de niñas que de niños de su edad.
Más adelante en este trabajo se compara el desarrollo de los hijos comparando los hijos de un matrimonio heterosexual con los de hijos de padres que cohabitan, y con hijos de familias monoparentales (homo o heterosexual), produciendo siempre mejores resultados en el caso de hijos de padres casados y heterosexuales
CONCLUSIÓN
Sólo las parejas casadas heterosexuales son capaces de cubrir las necesidades específicas que tiene un niño en adopción, y una pareja homosexual, por las características inherentes de esta relación, no puede proporcionar
De esta forma, la regulación de Arkansas decide evitar la situación estresante innecesaria para los niños adoptados de someterse a una adopción homosexual, siendo el ser heterosexual una condición necesaria para la adopción.
De la misma forma que una pareja recién casada de 18 años, otra de 90, o un preso recién salido de la cárcel pueden dar en situaciones de excepción una educación incluso mejor que una pareja heterosexual sin estos impedimentos, hay algo inherente a estas estructuras familiares, de la misma forma que la hay en la relación homosexual que los incapacita para adoptar
Y concluye: el Estado de Arkansas no debe emplear a los niños como conejillos de indias en el servicio de una agenda política o de un determinado grupo de presión.
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¿Por qué los homosexuales no deberían adoptar?, 10 razones:
En un arrebato político y tumultuosa decisión, fue aprobado el “homomonio” entre personas del mismo sexo y para asemejarse (aunque sea engañosamente) a una familia, a éstos se les faculta la posibilidad de adoptar.
La pregunta que no fue hecha, entre muchas e innumerables más, es: ¿Qué es lo mejor, tanto para los seres humanos en general como para esta clase específica de ser humano, en estas circunstancias particulares, aquí y ahora?
Bueno, esta pregunta no se puede resolver sin aprender a catalogar y a caracterizar las excelencias humanas, las virtudes morales e intelectuales. Aquí es donde entra la responsabilidad de los intelectuales, de los educadores, de los que representan a la ciudadanía, de los medios de comunicación contemporánea.
En los últimos tiempos se ha perdido la brújula que orienta hacia el descubrimiento de las excelencias humanas. La homosexualidad, como otras formas de uso de la sexualidad no naturales, son un obstáculo nunca insalvable para alcanzar las más altas cotas de felicidad humana.
La vivencia homosexual, así como el deseo de paternidad adoptiva por parte de parejas homosexuales, son un remedo de lo que puede ser un camino hacia la maduración de la persona en su diseño previo de ser familia con el resto de la humanidad –más ahora cuando la ciencia vislumbra que no existen razas y que todos procedemos de u tronco común–, pero ese sucedáneo no puede suplantar el amor filial y fraterno.
Los mensajes que transmiten los padres adoptivos homosexuales son contradictorios: anteponen sus sentimientos homosexuales a la renuncia procreativa natural. De tal forma que parece como si se utilizara a los hijos para compensar carencias y afectos. En este asunto, sería más apegado a la verdad hablar de la homosexualidad como instinto y no como opción.
Un autor contemporáneo al hablar del hombre y la sociedad, no de la sociedad y el hombre, nos dice que antes que el problema del orden social, debe resolverse el problema del orden humano individual. El hombre es un animal racional y, vale decir, un ordenador individual de su conducta, antes que un animal político, ordenador de las instituciones sociales. Nadie debe sentirse injustamente insultado –dice–, porque es animal quien se deja determinar unívocamente por sus instintos.
El hombre se destaca como persona frente al animal, porque posee un dominio sobre las tendencias de sus instintos. Dominio característico que no consiste en reprimir las fuerzas vitales, sino en tomar una posición de señor –justamente de dominio– frente a ellas.
No hay represión por parte del hombre de sus facultades inferiores, sino integración de los actos de esas facultades en el ámbito operativo de la persona entera, que se conduce entonces no de un modo ciego e instintivo, animal, sino orientado por la verdad de su razón.
La sociología que sigue a una “sociedad compulsiva”, prevalece sobre la antropología que es la comprensión del hombre como tal. Esta es una sociología que trata de detectar las tendencias para seguirlas, en lugar de una antropología que intenta atender cómo es el hombre, para orientarlas. Y si además tenemos en cuenta que si la inteligencia está por encima de las fuerzas de la biología animal, existen a su vez unas leyes morales que están por encima de la inteligencia misma. Estas leyes no son más que la expresión de la propia naturaleza humana, y ésta no me la di a mí mismo(a), sino que nací con ella (en este caso varón o mujer).
Una “sociedad permisiva” como la que hoy palpamos, niega la trascendencia de las leyes morales y persigue la plenitud del hombre al margen de ellas concibiéndolas como convencionalismos, mero fruto del artificio social. Para esta sociedad permisiva, el conjunto de las leyes morales forma un sistema de represión que constriñe y encorseta innecesariamente, por tanto: “Si no hay naturaleza, si Dios no existe, todo está permitido”.
El Estado no es sustituto de la ley moral, no es el creador de los fines éticos de los ciudadanos, su tarea es posibilitar las condiciones para que éstos den plenitud a sus capacidades humanas en tanto tales, pero el Estado no ha de ser quien señale ni cree ni imponga esas posibilidades de plenitud. La naturaleza humana no está dejada al arbitrio de las configuraciones estatales en turno.
Si los razonamientos anteriores no fuesen suficientes, la literatura de investigación y clínica derivada de cientos de fuentes, revela numerosos resultados científicos. Aquí algunos ejemplos:
– Los homosexuales representan el número más alto de casos de enfermedades de transmisión sexual.
– Muchas prácticas de sexo homosexual son médicamente peligrosas, con o sin protección.
– Más de un tercio de hombres y mujeres homosexuales son drogadictos.
– 40 por ciento de los adolescentes homosexuales reportan historias de intentos de suicidio.
– Los homosexuales tienen incidencia de desórdenes mentales en mayor grado que los heterosexuales, tales como desórdenes de alimentación, de personalidad, paranoia, depresión y ansiedad.
– Las relaciones homosexuales son más violentas que las relaciones heterosexuales.
– El riesgo y la discriminación en sí y por sí misma, no contribuye a la mayor parte del incremento de riesgo para la salud en homosexuales.
¿En qué tipo de sociedad queremos vivir? ¿Bajo qué principios se funda? Los principios de libertad y de libre albedrío no se extienden al derecho o autoridad de cambiar la definición de las palabras o de las instituciones; esto es esencialmente cierto en cuanto a la unión matrimonial de un varón y una mujer como institución natural. Y ninguna palabra o arrebato político o nuevas legislaciones en aras de la democracia pueden hacer tontos a la gente y hacerlos creer que no permitir que dos hombres (o dos mujeres) se “casen”, signifique discriminación.
La abierta homosexualidad es un estilo de vida difícil y los padres de familia responsables harán todo lo posible por evitar la presentación de la homosexualidad como algo “normal” a sus hijos, no por motivos de discriminación, sino porque saben que es errónea, anormal y contra la naturaleza.
Hay 10 afirmaciones contundentes a la pregunta: ¿Por qué un niño(a) tiene derecho a crecer y ser criado por una madre y un padre, sean éstos de nacimiento o adoptivos? (Las siguientes afirmaciones fueron extraídas de un estudio elaborado en Europa por la doctora Christl Ruth Vornholdt, especialista en pediatría y medicina adolescente, Directora del German Institute for Youth and Society):
1.La mayor parte del valor que las madres y los padres les dan a sus hijos es debido al hecho de que son diferentes, y al cooperar en conjunto, complementándose uno al otro en sus diferencias, proveen aquellas cosas buenas que las parejas de un mismo sexo no pueden proveer.
2.Todo niño(a) tiene derecho a una madre y un padre. En la estructura de una “familia” homosexual ese derecho del niño es metódica y deliberadamente negado. Esto es una violación fundamental de la declaración de sus derechos.
3.Un niño en crecimiento cuyos “padres” fuesen dos hombres o dos mujeres, no está correctamente informado sobre sus propios orígenes en ambos sexos. Esto afectará el desarrollo infantil.
4.La diversidad es siempre un mejor estímulo para el desarrollo, que la igualdad. Los últimos 40 años de investigación han consistentemente mostrado que madre y padre, cada uno, hacen una contribución indispensable y distinta al sano desarrollo del niño. Un niño en una “familia” homosexual se encuentra por tanto en desventaja desde el principio de su desarrollo.
5.Un niño(a) tiene las mejores condiciones de desarrollo para una identidad de género sana, segura y congruente si puede crecer en el rico entorno provisto por la divergencia de géneros de una madre y un padre. En una “familia” homosexual los beneficios de este desarrollo propicio se encuentran deliberadamente apartados del niño.
6.Si cualquiera de los padres se encuentra ausente, ejemplo, por viudez o en los hogares de madre soltera, el niño tiene la oportunidad de lamentar su pérdida constructivamente. Si al niño se le enseña que una “familia” homosexual es una alternativa completa de familia, esta afirmación previene que el niño lamente la pérdida de su madre y de su padre. El niño permanecerá dividido y esto tendrá un impacto destructivo en su desarrollo psico-social.
7.Hay significativas diferencias entre los estilos de vida homosexual y heterosexual de las parejas. Estadísticamente, la promiscuidad de hombres gay es mucho más alta que en la relación de un padre y madre normales. Esto tiene efectos destructivos en las necesidades de vinculación de los niños.
8.La vasta mayoría de los estudios que alegan igualdad entre la paternidad homosexual y heterosexual tienen grandes fallas metodológicas y por tanto no pueden extraerse conclusiones verídicas.
9.Las mujeres que viven como lesbianas es notable que la mayoría no tienen o no desean a un hombre o a hombres en ninguna relación cercana. Esto tiene un efecto inhibidor y perjudicial en el desarrollo de la identidad masculina en los niños varones adoptados por ellas.
10.Para las niñas, el padre es la medida más importante de sus expectativas en referencia al comportamiento masculino. Los estudios muestran que las niñas que crecen sin un padre, tienen mayores problemas de proximidad y/o de distancia con sus compañeros y amigos y muy a menudo se embarazan sin intencionalidad.
Finalmente, nos hemos preguntado si esta decisión políticamente manipulada y moralmente errónea ¿traerá además consecuencias económicas para el bolsillo de los contribuyentes?
Cuál es la diferencia entre un niño adoptado por una pareja del mismo sexo y por una heterosexual?
-Si los niños adoptados por un matrimonio preguntan «¿por qué fui dado en adopción?», ¿qué preguntarán los que han sido dados a una pareja del mismo sexo? ¿No les asombrará el por qué han sido entregados a una familia a la que siempre faltará un padre o una madre? Más pronto o más tarde, el niño preguntará: «¿Por qué fui abandonado por mi padre, dado en adopción por mi madre y luego tratado por la sociedad como un bebé de segunda clase, que tenía que ser colocado en una situación de segunda clase?». Las personas atraídas por el mismo sexo que adoptan, aman a sus hijos, y los hijos los aman, pero aunque hay amor habrá también rechazo.
Las parejas del mismo sexo no serán capaces de admitir el daño que han hecho a los niños que aman y atribuirán sus problemas a la «sociedad» y a la «homofobia». Los niños no serán capaces de expresar su insatisfacción y al mismo tiempo se sentirán culpables por no ser agradecidos. Los niños podrán llegar a sentir que hay algo equivocado en su deseo natural de tener un padre del sexo opuesto. Ya hemos visto un caso de este tipo. A Rosie O’Donnell, conocida lesbiana y partidaria de la adopción lesbiana, se le preguntó qué haría si su hijo adoptado deseara un padre. Según O’Donnell, su hijo ya ha expresado este deseo. Cuando tenía seis años, dijo «quiero tener un papá». O’Donnell respondió: «Si hubieras tenido un papá, no me habrías tenido a mí como mamá porque soy el tipo de mamá que quiere a otra mamá. Tu mamá es así». El niño dijo: «Ok, me quedo contigo».
Aunque O’Donnell indudablemente ve esto como una afirmación positiva para la adopción homosexual, hay otra interpretación: hizo ver a su hijo que su deseo natural de tener un padre era rechazarla a ella. Este es un peso terrible para un niño pequeño. Y lo que es peor. En la misma entrevista, O’Donnell cuenta cómo explicó la adopción a su hijo: «…comprendió que hay diferentes tipos de personas; que él creció en el seno de otra mujer y que Dios miró dentro, vio que había habido una confusión y entonces me lo trajo a mí». En otras palabras, a la luz de la conversación entre O’Donnell y su hijo, es un error para él desear un padre porque Dios decidió que no lo debía tener.
-¿Qué otros peligros amenazan a los niños adoptados por parejas del mismo sexo?
-Los niños dados en adopción han sido separados de sus madres biológicas y a menudo también de cuidadores transitorios. Esto puede llevar a desórdenes de afectividad. El contacto con una única figura materna durante los primeros ocho meses de vida es crucial para el desarrollo emocional. Criar a un niño con un desorden de dependencia afectiva requiere una sensibilidad especial por parte de sus padres adoptivos. Una amiga, que adoptó un niño de Europa del Este, descubrió que su hijo adoptado sufría un grave desorden afectivo. El especialista le dijo que su capacidad de confianza estaba tan deteriorada que no podría separarse de él por largos periodos durante varios años.
Debido a que los niños entregados en adopción han sufrido ya una gran pérdida, es muy importante colocarlos en la situación más estable posible. Las parejas del mismo sexo son las menos estables. Las parejas de varones tienen muchas probabilidades de romperse; incluso si permanecen juntos, raramente tienen plena confianza sexual el uno en el otro. Las parejas lesbianas tienen más probabilidades de permanecer unidas pero no son tan estables como las parejas heterosexuales.
Por esta causa, con una pareja del mismo sexo, el niño corre un riesgo mayor de una segunda gran pérdida durante la infancia. La investigación sobre los efectos del divorcio en los niños es clara e inequívoca: el divorcio produce un daño profundo. El daño es necesariamente mayor para un hijo adoptado. Michael Reagan –que fue adoptado por el presidente Ronald Reagan y su primera mujer, matrimonio que acabó en divorcio–, habla del divorcio como de dos adultos que van a la habitación de los niños, rompen todo lo que hay de más valioso en ella y luego dejan que sea el niño el que intente componer las piezas rotas. Mientras la prensa presenta una imagen feliz de las parejas del mismo sexo que adoptan niños, existe otro lado de la moneda: rupturas tremendas y luchas por la custodia.
Un artículo de Barbara Eisold, titulado «Recrear la madre» en el «American Journal of Orthopsychiatry» informa sobre los efectos de una familia sin madre en un niño pequeño. Este niño fue concebido usando una madre alquilada por una pareja de varones. Su padre, el mayor de la pareja, pagó a una niñera para cuidar al niño. Cuando ésta llegó a implicarse demasiado emocionalmente, fue despedida; fue contratada una segunda y después una tercera. El niño fue luego a una guardería. Cuando tenía cuatro años, sufría profundos problemas psicológicos y tuvo que tratarle un psicoterapista.
Uno de sus problemas es que quería «comprar» una madre. El psicoterapista se pregunta: «¿Cómo explicamos por qué este niño, hijo de una pareja de varones, parecía tener necesidad de “construirse” una mujer –“madre”– con la que poder desempeñar el papel de niño/hombre que la quiere? ¿Cómo entró esta idea en su mente? ¿Qué inspiró con tanta intensidad este tema?». El psicoterapista fue contratado para convencer a este niño de que lo que habían hecho con él estaba bien y que debía aceptarlo. Pero el psicoterapista olvidó algo obvio: los niños necesitan madres. Este niño fue artificialmente privado de lo que necesitaba.
Un reciente artículo publicado en «New York Times Magazine», sobre Ry y Cade –hermanas que tienen ahora 22 y 24 años y vivieron con una pareja de mujeres– parece presentar una imagen positiva de que tener dos mamás es un «experimento grande, complicado, e increíble» que «funcionó». Sin embargo, el largo artículo revela las muchas maneras en que el experimento no funcionó. Sus dos «madres» no dieron a las jóvenes claros modelos de feminidad o masculinidad. Ry recuerda a Cade adolescente buscando algo diferente y cuando no lo encontró, a los 18 años, se convirtió en lesbiana. Del artículo se deduce que las «madres» de Ry formaban parte de una comunidad de feministas radicales que tenían puntos de vista muy negativos sobre el matrimonio y estos puntos de vista afectaron a sus hijas.
Hubo un momento en que a Ry le «repugnaban» las relaciones heterosexuales y tenía miedo del «dominio y opresión sexista que te aniquila» y que ella asociaba con las relaciones hombre-mujer. A los 16 años, escribió: «No puedo comprender o relacionarme con los hombres porque estoy inmersa en una cultura homosexual y no familiar con la que tengo una estrecha relación». Las madres de Ry la animaron a tener relaciones sexuales con su novio, lo que hizo, pero al mismo tiempo se sentía angustiada por «tener relaciones sexuales con un hombre, lo que significa crecer y alejarme de mis madres». Desde entonces, confía más en los hombres pero todavía se siente como si la consideraran extraña.
El experimento ciertamente ha pesado sobre las jóvenes. Según el artículo, «durante gran parte de su vida, Ry ha tenido sentimientos paternales y filiales al mismo tiempo hacia sus madres». Si este es un caso considerado positivo, imaginemos cómo serán los que han fracasado. La controversia sobre la adopción aumenta mientras que los juzgados y las agencias favorecen la adopción homosexual. Los trabajadores sociales y las familias de acogida que protestan sufren a veces las consecuencias.
Laurie Ellinger, que acoge niños para la adopción, protestó por la adopción de un niño de color por parte de una pareja masculina gay; se le suspendió temporalmente la acogida de niños porque había hecho público el caso. Dos matrimonios cristianos habían tratado de adoptar al niño y por eso la madre natural del bebé, que tiene el control de la adopción, protestó ante los trabajadores sociales.
-¿Cómo afecta a la sociedad la adopción por parejas del mismo sexo?
-Nuestra primera preocupación debería ser el bienestar de los niños adoptados por homosexuales, ahora bien, hay que reconocer que también afecta negativamente a nuestras familias. Aprobando la adopción homosexual, el Gobierno aprueba la conducta homosexual. Una cosa es que el Estado tenga tolerancia por lo que se produce a puertas cerradas y otra decir que es igual al matrimonio. ¿Cómo afrontarán el problema los centros escolares, sobre todo los infantiles? La cuestión no es teórica. Las escuelas de Massachusetts y otras áreas de los Estados Unidos están ya enseñando a los niños de la escuela elemental a equiparar las relaciones homosexuales a las del matrimonio entre un hombre y una mujer.
Esto sitúa a los padres creyentes ante una posición insostenible. Tienen el deber de educar a sus hijos en la verdad. Por otra parte, no desean entrar en particulares sobre la homosexualidad con un niño pequeño. Ni desean que se añada un dolor adicional a los niños obligados a crecer con una pareja del mismo sexo. La única respuesta para muchos padres es retirar a sus hijos de esas escuelas públicas. Cuando las escuelas públicas son usadas como instrumentos de adoctrinamiento contra la religión, los padres creyentes son discriminados.
Campaña advierte a mexicanos consecuencias negativas de adopción homosexual
MÉXICO D.F., 03 Ago. 10 / 10:41 am (ACI)
El Instituto Mexicano de Orientación Sexual (IMOS), inició una campaña para informar a los ciudadanos sobre la inconveniencia de que las parejas homosexuales adopten menores, en medio del debate que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ha iniciado para avalar o desechar esta norma aprobada en el DF.
Como se recuerda, el procurador general de la república, Arturo Chávez Chávez, presentó a la SCJN un recurso contra la ley de “matrimonios” homosexuales aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y que permite a estas parejas adoptar niños. Este recurso será visto en el segundo periodo de sesiones del tribunal que se ha inaugurado hoy.
“La adopción es un derecho de los niños, no de los adoptantes”, recuerdan los volantes repartidos por miembros del IMOS en diversos puntos de la capital, que también recuerdan al Estado su deber de no experimentar con el bienestar de los menores en aras de una agenda política.
Asimismo, se informa a los mexicanos sobre las conclusiones de cerca de 40 estudios realizados en diversos países y que advierten sobre los factores de riesgo que existen en las parejas del mismo sexo, como violencia, consumo de drogas e inestabilidad emocional. Estas investigaciones fueron entregadas a los miembros de la SCJN.
En declaraciones a un medio local, Carlos Guerra, miembro del IMOS, recordó que “no es lo mismo que los hijos sean educados por una padre y una madre a que sean educados por dos personas del mismo sexo”.
“Estamos haciendo hincapié en que los ministros hagan realmente un estudio, hagan a fondo una investigación y tomen en cuenta todos los ejemplos que ha habido en los otros países, conforme a los estudios que se han estado haciendo”, indicó.
Monseñor Juan Vicente, un caballero, no responde a insultos y agresiones verbales de Zuleta.
A Zuleta le dedicamos una frase de su abuelo, para que sepa respetar:
“Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen”.
Respete, carajo, la carne de cura, causa locura…
Con diez personas como monseñor Juan Vicente Córdoba que gobernaran este país, Colombia sería distinta. Si analizamos el pensamiento de Zuleta, y si así pensaba su abuelo, que gobernó este país del Sagrado Corazón, pobre.
Quién es Poncho Zuleta, quien demanda a monseñor Córdoba:
Poncho Zuleta es un politiquero, que en noviembre de 2009 acepta ser candidato al Senado de la República enarbolando las banderas homosexuales y la anticoncepción de emergencia (píldora del día después), como desarrollo de la ideología de Roberta Close en el país. Así mismo, se convirtió en uno de los adalides de la lucha anti-hombre durante la campaña electoral. Pese a que se convirtió en uno de los referentes del llamado “voto gay”, Zuleta no alcanzó la curul en el Senado, obteniendo sólo 200 votos.
NOTA DEL PORTAL: El Dr. Felipe Zuleta Lleras NO es “Poncho Zuleta”. De otro lado, no obtuvo 200 votos, sino más de 20.000 (veinte mil).
Yo pienso que monseñor Juan Vicente es un hombre correcto. Lo que está haciendo Poncho Zuleta es lograr un auditorio para obtener dividendos politiqueros. No entendemos por qué no se defienden los valores de la familia, como los está defendiendo el señor Córdoba, porque si bien es cierto, que Colombia está llena de problemas de violencia, son más violentos aquellos como Poncho Zuleta, que están incitando a la violencia colectiva; creen que porque son periodistas pueden hacer lo que les venga en gana; estamos mamados de esos alfiles políticos, que han desangrado la nación, porque por ser hijos o nietos de presidentes, se creen con la autoridad moral para iniciar los cambios morales de este país. Yo reto a Poncho Zuleta, para que muestre el pasado oscuro de su familia, que gobernó este país.
NOTA DEL PORTAL: No creemos que el Dr. Felipe Zuleta Lleras tenga ningún “pasado oscuro” de su familia por explicar. Su abuelo, el Dr. Alberto Lleras Camargo, ha sido, como lo señalamos en la nota, el único presidente que salió del cargo más pobre de lo que entró. Y el Dr. Carlos Lleras Restrepo fue un estadista que, más allá de que nos guste o no, también se distinguió por su acrisolada honradez. Nuestro portal exhorta, con todo afecto, a que nos limitemos al tema materia de controversia.
Una sociedad como la colombiana requiere de una orientación espiritual. Por ello apoyamos, no uno, sino millones que estamos identificados con lo expresado con monseñor Juan Vicente Córdoba, contrario a lo expresado por el descendiente de la corrupción histórica y con tendencias no éticas ni en lo mental ni en lo físico, el señor Zuleta. Se nota que este sujeto forma parte de aquellos periodistas que quieren reencaucharse en la política como su papá y abuelo, a través de defender a las minorías.
MONSEÑOR JUAN VICENTE CÓRDOBA, TE APOYAMOS.
NOTA DEL PORTAL: Hacemos la misma exhortación cordial y respetuosa a que nos ciñamos al tema objeto de discusión.
Me parece que la cuestión no es de ideologías ni mucho menos empatías. La cuestión es de dignidad humana, y no me refiero que la comunidad gay sea indigna. Lo que pasa es que la dignidad humana se construye cada día con el aporte ‘y el sacrificio’ de todos, y ella apunta al perfeccionamiento de condiciones de supervivencia para los individuos.
La dignidad humana tiene que ver con el bien común, no solo el bien que aparentemente’necesitamos ya’, sino esas condiciones que antes, durante y después favorecen el desarrollo humano.
Pensar en poner en la misma balanza a una pareja gay y a una pareja heterosexual es, a todas luces, inequitativo pues tanto unos como otros tienes sus propias ventajas y desventajas a todo nivel. Sin embargo, ajustándonos al debate sobre los hijos es la naturaleza la que nos cuenta que la procreación -así mismo la crianza- tiene su raices en la complementariedad de los sexos (y eso no lo podrá cambiar nadie, salvo los hallazgos sobre la clonación que haría parte de otro debate). Así que en estos términos, y en apoyo de monseñor, claro que es legítimo reconocer los derechos legales, laborales y de salud de la comunidad gay, pero en materia de ‘paternidad-maternidad’ y adopción me parece que se desgastan solos: se pueden hacer mil debates, se pueden aprobar y desaprobar mil leyes… pero siempre será ilegitimo pretender arrebatar el orden de la naturaleza (vg. los ríos despojados de su cauce algún día retoman su cauce, y sin debatir las consecuencias que esto trae).
Como católicos, cristianos, y personas de buena voluntad en defensa del orden natural seguiremos apoyando no solo a monseñor, sino a todo aquel, que siendo sensato, se levante a luchar por la dignidad humana.
AGRADEZCO a este portal, pues no entendía muy bien la querella. Periodismo así, sin ventajas, permite la toma de posición.
Gracias Oscar Humberto porque esta entrevista le da a la discusión más elementos de juicio y permite saber las cualidades del denunciante. La defensa de la familia y de los niños (los más débiles y futuro de los pueblos) hará que esta sociedad no siga en el vertiginoso camino de la descomposición social en la que nos encontramos.
Ufffff!!! Qué carga tan grande y qué reto para los que decimos ser Cristianos Católicos. Totalmente de acuerdo con Monseñor; tenemos que defender nuestra sociedad con bases fundamentadas en nuestra Fe Católica. Quien dice ser Cristiano y lo practica, puede entender las palabras de Monseñor y dar apoyo al movimiento que se está gestando para que entre todos firmemos la carta de apoyo a Monseñor.
También a mis hermanos de Fe los invito a orar, pues la oración de comunidades tiene mucho poder, es una promesa de Cristo que se cumple, entonces pues oremos por esas personas que están legislando en contra de la familia para que el E.S. los toque y les dé discernimiento para aplicar la verdadera justicia que nos pide el SEÑOR.
Muy bien por todos los periodistas y abogados que entienden y promueven la defensa de la familia y la sociedad!!! Excelente trabajo, Oscar, que Dios te siga bendiciendo y guiando en tu camino.
Besos y bendiciones.